“La pintura está en relación con el arte y con la vida, ninguna de estas dos relaciones pueden realizarse. Yo espero actuar en el extravío entre las dos”. Robert Rauschenberg
Entre la vida y este extravío del que habla Rauschenberg, el arte funciona como puente, como catalizador simbólico para encontrar significados distintos en la realidad. En estas obras, hay espacios sin seres humanos, solo están insinuados con la bicicleta y la ciudad; la humanidad desapareció ante el poder y el capitalismo.
Precisamente, el arte pop se enmarca dentro de la cultura del consumo y los servicios, desde la cual surgen las imágenes que nutren al movimiento. El confort, el cómic, el cepillo eléctrico, lo cotidiano, la artista de cine, se vuelven parte de este universo de imágenes.
En su gráfica, Robert Rauschemberg propone una lectura múltiple propia entre la realidad y lo pop. Apunta hacia la relación entre mercado, poder y consumo, que se superponen en los vínculos con lo cotidiano de la sociedad estadounidense.
Se trata de una manifestación más expresionista del arte pop. Para esto, usa un recurso diferenciado, en el cual la técnica es importante, pero prevalece lo conceptual del proceso.
Estas piezas están cargadas de elementos simbólicos, que poseen multiplicidad de significados y suscitan lecturas abiertas en los espectadores. Poseen una poética en sus impresiones, que no muestran otros artistas pop.
Para la sociedad costarricense, esta muestra es una oportunidad de interpretar, aprender y apreciar una colección y un gesto curatorial que nos da la fundación Gurdián sobre el arte pop.
Este movimiento abandonó el concepto de obra única e irrepetible de la pintura al apropiarse de medios tecnológicos para darle a la idea un sentido serial, en un contexto distinto; lo importante, entonces, será lo inmediato que nos contextualiza aquí y ahora en esta realidad liquida.