Empresaria de moda Carmen Busquets: 'He arriesgado mi propio capital y no le debo cuentas a nadie'

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A la empresaria Carmen Busquets la han llamado "visionaria"; el "hada madrina" y la "mecenas" de las compañías de moda. Durante los noventas, abrió su propia tienda en su país natal, Venezuela, y la llenó de los mejores diseñadores europeos. A principios del siglo, comenzó a invertir su capital en empresas de comercio electrónico (e-commerce) y, aunque en muchas de ellas no recuperó sus inversiones, asegura que cada error fue un aprendizaje.

"A veces es mejor llegar de último", dice. "En muchas inversiones que he perdido dinero, he sido la primera en llegar".

Durante la celebración del Costa Rica Fashion Summit, Busquets es la invitada de lujo. La primera edición del foro de moda sostenible y negocios la recibió este jueves por la tarde para hablar sobre su filosofía empresarial en la que incorpora el mindfulness –un concepto psicológico que significa "conciencia plena" y utiliza técnicas de meditación–.

"Es la parte mía que la gente no conoce: mi amor por la naturaleza, el mindfulness. Mis padres meditaban desde jóvenes y yo crecí meditando, viviendo en contacto con la naturaleza, en Venezuela y Miami", aseguró en entrevista con La Nación durante este jueves. "(La moda) ha sido una de mis pasiones pero ahora se volvió un problema porque es la segunda industria más contaminante".

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Busquets afirmó que, durante los últimos tres años, ha trabajado junto al Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés) en Bután. Según describió, desde ese país asiático ha trabajado con monjes y monjas budistas y, también, con la Reina madre Tshering Yangdon.

Hace seis meses, la fundadora del Costa Rica Fashion Summit y directora de Fundación Ciudad, Andrea Somma, contactó a Busquets para participar de su nuevo proyecto.

"Conozco del movimiento de Costa Rica como uno de los países más sostenibles, mucho por el WWF (...) Yo le dije que me venía y ella se sorprendió. Después me dije: ¿en qué me metí?", se rió Busquets quien, en su apretada agenda, se "fascinó" con el concepto del foro.

"Me pareció interesante el compromiso que querían hacer con la moda sostenible. Yo no pienso que la moda sea sostenible. Creo que hay que crear consciencia para crear menos desperdicio. Pienso que Costa Rica puede lograr, con 100 diseñadores, que sea sostenible. El gobierno ha estado comprometido por tantos años en que el país sea sostenible en otros niveles que sí se puede lograr", dijo.

Invertir con conciencia

A Busquets se le reconoce mundialmente por su arduo trabajo en la tienda en línea Net-A-Porter, dedicada a ofrecer artículos de diseño de lujo. Presidió su junta directiva hasta el 2010 cuando vendió sus acciones.

En el 2006, fundó CoutureLab para vender diseños exclusivos de creadores del mundo. Actualmente, mantiene una inversión de más de $50 millones en empresas de comercio electrónico de Estados Unidos y el Reino Unido como Moda Operandi, Lyst, Farfetch y, más recientemente, la iniciativa de tejidos personalizados Unmade.

"Dentro de la moda he hecho todo lo que puedo hacer", resumió. "Me he metido desde a empezar mi propia tienda hasta ayudar 280 artesanos por medio de CoutureLab. Al mismo tiempo, he creado mi propio portafolio de compañías en las que la mayoría de inversores manejan dinero de otros. Yo estoy manejando mi propio dinero".

Manejar su propio dinero la ha puesto en riesgo: no todas las empresas en las que invirtió durante los primeros años del e-commerce sobrevivieron. Al mismo tiempo, su capital propio le ha dado la autonomía de elegir a su gusto las empresas que le interesan.

"He arriesgado mi propio capital y, por lo tanto, no le debo cuentas a nadie. He perdido mi dinero y ha sido doloroso. Ha sido un aprendizaje. Por lo menos no me lo pierden los banqueros. La gente cree que el dinero en el banco está seguro y es una ilusión. Mientras viva, prefiero emprender", dijo.

Su independencia le permite criticar abiertamente las cosas que no le parecen de la industria. En entrevistas, reitera que las tiendas departamentales no son efectivas en realizar ventas directas a precios sin descuento. A su criterio, el Internet permite vender en nichos: el comprador elige entre las tendencias que se acomodan a su gusto y con la calidad que considera justa.

"Para las tiendas departamentales se trata de conseguir ingresos brutos y, si lees los periódicos de este año, tienen las peores ventas directas desde el 2008. Están vendiendo entre 30% y 40% de ventas directas a precio sin descuento. Ves todas esta ropa hermosa con 70% de descuento y, aún así, la gente no la está comprando. Eso es un problema. Llegamos a un punto de saturación", aseguró Busquets. "Si tenemos tecnología y análisis podemos ser efectivos en predecir que es lo que más se está produciendo", añadió.

Busquets recuerda los años antes de que las tiendas departamentales se volvieran "malcriadas". El cambio en la industria lo traza entre los ochenta y los noventas cuando el consumidor "se conformó con lo que les estaba ofreciendo" el mercado y cuando, además, el punto de saturación incrementó la huella ecológica de la creación de prendas de vestir.

"La moda no siempre fue la segunda industria que genera más desechos y la que crea una huella tan grande en el medio ambiente. Eso se volvió así con los medios de comunicación, en los últimos 20 años. Desde los noventas, el crecimiento que hemos tenido en la moda no es sostenible", estimó la empresaria.

Sin embargo, en los sistemas de compras por Internet, Busquets ve una solución para ambos problemas.

"Una vez que se abrió el Internet hubo espacio para el individualismo y un regreso para lo que empezó en los años ochenta. (Esos) fueron los años más bellos porque había creatividad individual en cada persona. No había una tendencia, había miles de tendencias al mismo tiempo. Es lo que está pasando hoy en día. Hubo un regreso a que muchas compañías crezcan a manera de nicho", dijo la empresaria.

En el tema ecológico, Busquets considera que las fichas descriptivas permiten que el consumidor tenga el "poder" que no tuvo durante la era de las tiendas departamentales. La venezolana asegura que los compradores tienen que informarse de dónde vienen los materiales que componen su ropa: si están procesando viscosa "de forma responsable" y sin deforestar; si el proceso de sus prendas de algodón derrocha agua o no lo hace.

Sin embargo, la empresaria también piensa que los consumidores tienen que poner de su parte y educarse por cuenta propia.

"¿Qué excusa hay hoy en día con Internet o Google para que un consumidor no esté informado? No hay excusa", aseguró.