Woyzeck comparte su tragedia

En las tablas El Teatro Universitario estrenó el jueves la obra del alemán Karl Georg Buchner, bajo la dirección de Carlos Salazar

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La vida de Franz Woyzeck está en un abismo de desgracia, mala suerte y tragedia, que hace que hasta el corazón más duro sienta algo de compasión por lo que le ocurre.

Este soldado es el protagonista del nuevo espectáculo del grupo Teatro Universitario titulado Woyzeck , original del dramaturgo alemán Karl Georg Buchner, y dirigida por Carlos Salazar.

El espectador se encontrará en el escenario con un joven soldado, quien es usado por el ejército como sujeto de pruebas para diferentes experimentos.

En esa vida donde solo se le permite recibir órdenes, Franz Woyzeck tiene derecho a comer únicamente garbanzos.

A duras penas sostiene una relación con una mujer, con quien tiene un hijo. Para incrementar sus desgracias, ella le es infiel con un miembro de mayor rango del mismo ejército. Al final, a consecuencia de los experimentos y de una vida que se desmorona, se siente atacado por todos y decide cobrar venganza contra todos.

Llamada de atención. Carlos Salazar siente que el espectáculo Woyzeck tiene como objetivo terminar de despertar a la sociedad, que todos aquellos que no están conformes con la manera en que llevan sus vidas o se maneja el país despierten y reaccionen.

“Queremos que se den cuenta que las cosas no están bien y que hay que hacer algo, ¡moverse!, ¡ponerse en acción!”, aseguró el director de la puesta.

En la puesta sobre las tablas participan los actores Michael Morales, Cristina Barboza, Leonardo Torres, Manuel Martín, Nathalia Mariño y Heriberto Calderón.

Juntos crearon una obra de teatro contemporánea, que no se enfoca tanto en el tema militar. Ellos prefirieron hablar del individuo común y corriente, representado en el protagonista, quien es víctima de la instituciones públicas, los trabajadores de centros de llamadas y otros lugares donde a cada persona se le presiona y se le hace llegar a actividades con las que no se siente muy a gusto.

Salazar comentó que la obra en su versión original es muy fragmentada. Tiene escenas que no aclaran en qué orden se deben interpretar, por eso, él las ordenó de forma tal que tuvieran la mayor coherencia posible.

Cada una de las escenas es como una pequeña historia, en estas se muestran fragmentos de la vida de este soldado. Con lo que se ve, más la imaginación de cada espectador, la obra termina de cobrar forma.

No obstante, Salazar aclaró que es un montaje con una trama clara, con un desarrollo no cronológico del conflicto y con un desenlace que trágico.

“Es una puesta en escena que realmente meterá a las personas en el ambiente de lo que nos propusimos contar, realmente la obra impacta y no es posible que al verla evite sentirse incómodo, realmente es un espectáculo que mueve a pensar”, finalizó Salazar.