Lluvia sobre una novela

¿Cómo escribe? El otro lado de un libro polémico y reciente

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En el 2011, el escritor Warren Ulloa Arguello ganó el Premio Aquileo J. Echeverría en Novela por su libro Bajo la lluvia Dios no existe , publicado por Uruk, Editores. La obra suscitó polémicas, en parte por el tratamiento realista de ambientes juveniles, y por su lenguaje descarnado. Aquí, el autor cuenta la hechura del libro y alude a sus objetores.

–¿Cómo creó la trama de “Bajo la lluvia Dios no existe”?

–De ver, de oír, de analizar el lenguaje, de la necesidad de tratar una novela donde la oralidad, el uso de lenguaje nuestro, fuera el protagonista, sin dejar de lado, claro, una trama atractiva donde quien la lea se sienta identificado.

–¿Hay continuidad entre este libro y sus obras anteriores?

–No, en lo absoluto. Finales aparentes , que este año se reeditará, es un libro que, por ser el primero, tiene esos miedos: se nota mi timidez. La reedición solventará unos gazapos que venían en la primer edición. Con Bajo la lluvia Dios no existe tenía en claro lo que quería y cómo lo quería, aunque el inicio de la novela varió un poco hasta el último borrador.

–¿En qué se diferencia este libro de los otros libros que ha publicado?

Bajo la lluvia Dios no existe es una novela más arriesgada, más decidida, con menos temor que mi libro de cuentos Finales aparentes .

–¿Cuáles influencias siguió o sintió en la creación del libro?

–Hubo lecturas y escritores que sin duda marcaron un norte para creación de la novela. Cito varios ejemplos: Pedro Juan Gutiérrez , Pedro Lemebel , Xavier Velazc o, Antonio Orejudo ; me dieron una libertad literaria que no conocía.

–Como algunos autores, ¿tiene usted también un “lector imaginario” para el que escribe?

–A veces, ese lector imaginario soy yo mismo viéndome desde otra perspectiva, es decir cuando retomo el texto luego de mucho tiempo y ya empiezo a verlo con ojos ajenos.

–¿Presenta los originales a amigos antes de publicar el libro?

–Por decirlo de alguna manera, yo tengo un “consejo editorial”, al que generalmente presento mis libros. Como los casos de Carla Pravisani, Gonzalo Campos, Santiago Porras y Danilo Pérez.

–¿Cuándo escribe?

–Por las madrugadas escribo, por las mañana leo y por las tarde reviso. Así funciono. La madruga seduce al proceso de escritura, con el silencio o la música: por lo general post-rock.

–¿Pudo evitar la distracción?

–Pues claro: la madrugada es una gran aliada para escribir en paz y hacer otras cosas. La distracción se da solo si uno la permite.

–¿Rehízo partes del libro?

–Sí. Fue un proceso agotador ya que reescribí una gran porción del libro; pulí, seguí las sugerencias que me dieron algunos amigos. En aras de esos cambios, releí la novela más de treinta veces. Como era mi primer libro fue un proceso duro.

–¿Cuándo y cómo corrige?

–Corrijo cuando tengo la corazonada de que lo que he escrito no está maduro. Así ocurrió con esta novela, pero es un proceso desgastante que lleva a las relecturas y errores que solo veré con el tiempo.

–¿Qué le costó más crear: ambientes, personajes, diálogos...?

–Sin duda, recrear todo ese universo de nuestra habla popular, que se ve de reojo y hasta peyorativamente por gente que gusta de hablar bien, pero que cuando escribe es tan soez como a quien critica por como se expresa.

–¿Qué libro le hubiera gustado escribir?

La montaña mágica , de Thomas Mann : mi libro de cabecera. Siempre, antes de dormir, me gusta hojear sus páginas, leer sobre los debates filosóficos entre Settembrini y Naphta: deliciosos.

–¿Qué cambiaría en el libro si debiera escribirlo otra vez?

–Ciertos detalles que le quitan potencia al ritmo, cuestiones sobre el desarrollo de la historia; aunque pulir esos detalles tampoco es algo que me asfixie.

–¿Le interesan las críticas –favorables o desfavorables– que suscitan sus libros?

–Este libro ha tenido dos tipos de críticas: la literaria, y la moral de gente que juzga –nada raro en este país– solo por el título. La literaria la respeto mucho, profundamente; la moral me divierte. En San Antonio de Belén, un sector conservador censuró la presentación de mi novela: Me reí mucho. Ni qué decir del reportaje de noticias Repretel; lo disfruté bastante.

–¿Cuáles libros prefiere?

–Entre otros, Kim , de Kipling; La paga de los soldado s, de William Faulkner; El señor de las moscas , de Golding; Dinos cómo escapar de la locura , de Oé; Los detectives salvajes, de Bolaño ; Sostiene Pereira , de Antonio Tabucchi; Juntacadáveres , de Onetti; El llano en llamas , de Juan Rulfo; Hambre , Knut Hamsen; Solo para fumadores y Los gallinazos sin plumas , de Ribeyro.