Uno de los deseos de la novel directora Laura Meoño era que la denuncia que plantea la obra Las doñas , se transmita no solo con palabras. Por eso acudió a las sensaciones para crear una obra que se hace sentir al público.
Para lograrlo, la protagonista doña Eduviges (María Murillo) se vale de olores muy singulares; estos transportarán al espectador a espacios donde le abrirá su corazón para contarles su historia.
Las doñas es un texto dramático del joven escritor y actor Jorge Arturo Alpízar. En este, la protagonista comparte con su maternal carisma su experiencia de vida, ese mundo personal donde hay anécdotas que le dibujan una enorme sonrisa.
Pero también su corazón esconde dolorosos recuerdos. Esas evocaciones de doña Eduviges son las que darán pie al objetivo principal de la obra: agresión intrafamiliar y abusos sexuales por parte de algún integrante de la familia.
“¡Sí claro que es una obra de denuncia! Mi objetivo es hacer sentir al público lo que otros (ancianos) sintieron. A muchos jóvenes no les pasa por su cabeza que sus abuelas pudieron ser abusadas; también quiero que los adultos mayores suelten esos nudos que llevan”, explicó Meoño.
Para contar la historia de esta singular anciana, la directora propone un espacio no realista; también participan del espectáculo Andrea Espinoza y Daniela Miranda. Ellas van manipulando títeres y dando nuevas formas al espacio.
Para Meoño, el texto la cautivó desde el primer momento que lo leyó; luego repitió la lectura unas seis ocasiones, hasta que, finalmente, decidió llevarlo a las tablas.
Ella confía en que el público salga de la sala con un retorcijón en el corazón, con muchas sensaciones y el deseo de reflexionar.
Las doñas , del grupo La Tinta Teatro, es parte del programa Teatro en el Taller, del Taller Nacional de Teatro. Permanecerá en cartelera los fines de semana, hasta el domingo 26 de agosto.