El sorprendente arte óptico de Daniel Madrigal

Formas y colores. El joven artista expone 12 obras que revelan los misterios gozosos del arte óptico-geométrico

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Víctor Hurtado Oviedo

¿A qué se parece una sala de la Galería Alternativa? Tal vez al escenario de una futurista novela de ciencia-ficción; quizá a un mundo de cosas sin cosas porque huyeron de prisa y solo dejaron contornos y colores. Daniel Madrigal los recogió y los puso alegremente en los cuatro muros de este lugar ficticio que existe en San José.

El artista ofrece la exposición Full dúplex en la Galería Alternativa: doce obras hechas con madera y resina artificial transparente (plexiglás) que irradian solamente formas, colores y relie-ves. Madrigal omite toda figura de personas o de cosas, según la tendencia de la abstracción geométrica.

Daniel Madrigal Mejía es ilustrador, diseñador, fotógrafo y artista visual. Se licenció en pintura en la Escuela de Arte y Comunicación Visual de la Universi-dad Nacional. Gracias a estos trabajos obtuvo su licenciatura con la máxima calificación.

Daniel es un artista del engaño. Lo suyo es el engaño visual causado por la yuxtaposición de los colores y porque estos aparecen a diferentes distancias del espectador. Dos o tres planchas de madera o de plexiglás verticales forman una suerte de “pisos” con base en las paredes.

Plexiglas es el nombre comercial de una resina sintética que ofrece el aspecto del vidrio, pero se la usa como denominación genérica de ese material transparente. Las maderas empleadas provienen del árbol de pochote.

Sí es, no es. “Uno de mis objetivos es demostrar cómo la mirada puede engañarnos al percibir la profundidad. Mi trabajo se relaciona con el arte concreto suramericano, para el que importa lo que uno ve: si es un triángulo azul, solo es un triángulo azul”, expresa Daniel.

Madrigal emplea a veces dos tonos de un mismo color. Por ilusión óptica, el más tenue parece más lejano. Lo mismo ocurre en la naturaleza: el verde más tenue de una montaña corresponde a la parte más alejada de nosotros. Esta percepción se llama “perspectiva atmosférica”.

No obstante, por desafiante paradoja, Daniel Madrigal pone el tono más suave (desaturado) en una plancha que está más cerca del espectador. Se crea así una una ilusión óptica. Nuestro cerebro “quiere” que ese azul suave esté más lejos, pero Madrigal lo ha pintado sobre una placa más cercana de nosotros.

Algunas obras de Daniel asemejan ser papeles plegados: una especie de papiroflexia de lujo que juega con nuestras percepciones. Este el es caso de Naranja trama: una franja imaginaria que a su vez contiene bandas más delgadas de colores.

En Superposición en amarillo, Madrigal empleó solamente dos planos, pero la apariencia de papel plegado crea un falso tercer plano, que no existe para el tacto: solo para la vista.

Antes de ejecutar ese cuadro, Daniel dobló un papel y lo pintó como una prefiguración de la obra final. “¿Tiempo? Desde que hago un boceto hasta que termino una obra pueden pasar tres semanas”, explica Madrigal.

En otros casos, el artista hace primero un boceto con lápices de colores sobre un papel; luego lo escanea y lo pasa a una computadora. En la pantalla define los colores y los planos de la construcción. Más adelante, el artista hace una maqueta de cartón ya con los colores y los planos.

Por último, Daniel emplea pincel y pintura acrílica. El artista pone cintas ( masking tape ) para proteger una zona del paso del pincel. Luego retira la cinta y pinta esa zona intacta con otro color. Las placas transparentes están pintadas por debajo, lo cual acentúa el brillo natural del plexiglás.

Ciencia y arte. La pieza Alberts es un homenaje a Josef Albers (1888-1976), artista germano-estadounidense y uno de los creadores de la alemana Escuela del Bauhaus, que simplificó las líneas del diseño de las artes visuales en los años 20. Por ejemplo, Interacciones del color (1963) es una pintura “geométrica” de Albers que sugiere el estilo de Madrigal.

Como en aquella pintura del alemán, el concepto de “escalera” está presente en la obra Albert de Daniel: conforme se sube la mirada, los colores se atenúan y sugieren que la escalera va alejándose –y nosotros con ella–.

En la obra X , Daniel Madrigal pretendió crear una sensación de transparencia en los colores de franjas cruzadas en el centro. El espectador supone que ve transparencias de color superpuestas, mas Daniel pintó sobre sólido (madera) calculando cuál sería el tercer color que surgiría de mezclar otros dos si estos fueran en verdad transparentes.

Así, un verde obscuro surgiría naturalmente de mezclar un morado y un naranja en un recipiente. El verde resultante es uno de los colores que los artistas llaman “sucios” porque no son primarios ni secundarios, sino terciarios: mezclas de dos colores secundarios.

Para Daniel, sus creaciones se vinculan con la Gestalt (forma), escuela alemana de psicología que presta atención a las formas de los objetos y a nuestros mecanismos de percepción.

La Gestalt estudia muchas ilusiones ópticas (como una copa formada por dos rostros de perfil). La mente trata de poner “orden” en el objeto, pero el objeto no la deja pues tan pronto parece una copa como dos perfiles.

Así, B. O. X. sugiere una caja de tres dimensiones, pero solo hay dos: largo y ancho. El diseño inventa un vacío imaginario dentro de la “caja”.

Trío es la última pieza que hice y en la que acumulé mi experiencia”, indica Daniel. Es la obra más grande e incluye colores pintados en la pared. Una pirámide marrón (plana) puede verse desde dos perspectivas cambiantes, cual si girara en el aire.

Hijo de pintores. Daniel se ha aficionado a la obra del húngaro-francés Victor Vasarely, iniciador del arte óptico (op art ), y a la pintura también óptica del venezolano Carlos Cruz Diez.

El arte geométrico, el arte óptico y el arte concreto son parientes que comparten mesa. Todos se engloban en el arte abstracto; por esto, omiten “retratar” la realidad (personas o cosas). A diferencia de otras tendencias de la abstracción, aquellas expresiones privilegian los colores planos y las formas geométricas (líneas, ángulos, círculos, cuadrados...).

Entre los planes de Daniel está el retomar unos trabajos de collage que no concluyó, con miras a exponerlos. “No es muy grande la distancia que hay entre el collage y estas obras de madera y plexiglás pues en ambos casos se trabaja con retazos de objetos”, afirma Daniel.

El artista y catedrático Adrián Arguedas opina: “Daniel Madrigal es ‘hijo’ de pintores abstractos, entre quienes destaca la figura de Manuel de la Cruz González. El aporte del joven Madrigal es introducir nuevas materialidades y un juego con la perceptualidad de la imagen”.

A su vez, Robert Rodríguez Delgado, artista y profesor de arte en la UCR y la UNA expresa de Daniel Madrigal: “Es destacable su revisión de la representación del espacio en la pintura en Occidente para proponer un ejercicio de identificar lo real y lo virtual/ imaginario, que nos pone a resolver la paradoja visual, y a pensar en nuestra condición como contemporáneos expuestos a la información-imagen virtual”.

El arte óptico-óptimo de Daniel Madrigal ha logrado lo que no pudo ofrecernos la escuela: dibujar un libro de geometría que leeríamos mil veces.

La Galería Alternativa está en Pavas (San José). Tel. 2232-8500. galeriaalternativacr.com