Hace una década , en diciembre del 2001, desconocidos robaron el Niño Jesús del pesebre de la basílica de Los Ángeles, en Cartago, y nunca se supo más de él.
Para el historiador religioso Carlos Oreamuno, se trata de una enorme pérdida “no solo desde el punto de vista religioso, sino de patrimonio, porque esta imagen era una de las más antiguas que se tenía en la basílica”.
Oreamuno presume que la imagen fue sacada del país, y que ahora está en manos de algún coleccionista, “pero si por casualidad fue vendida aquí, instamos a que de una manera confidencial sea devuelta”.
El robo fue en horas de la tarde, y el ladrón aprovechó que en aquella época no se tenía reforzada la seguridad, ni había circuito cerrado de televisión.
Oreamuno, quien es comunicador en la diócesis de Cartago, sostiene que los ladrones conocían el valor artístico de la pieza pues fue la única imagen que sustrajeron.
Este Niño de Navidad tenía sus manitas levantadas, como esperando ser alzado, y medía unos 40 centímetros de largo.
Ana Lucía Gutiérrez, quien por muchos años ha sido la encargada de hacer el portal de la basílica, junto con otras mujeres, dijo que el Niño fue importado de Alemania, a principios del siglo pasado.
Cuando se lo robaron, la iglesia pidió una réplica en Alemania, “pero definitivamente la otra escultura era más bonita”, agregó.
Gutiérrez dice tener informes de que la imagen original sigue en el país en manos de un coleccionista, pero “no se ha podido probar el robo”.
Cuatro años después de esa sustracción, robaron el Niño del pasito del Teatro Nacional, pero luego fue recuperado.