El milenario koto suena en Costa Rica

Milenaria y actual Los artistas Yumi Kurosawa y Deep Sing presentan una bella fusión de música esta tarde en el Teatro Nacional

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Esteban Córdoba Arroyo esteban.cordoba83@gmail.com

El filósofo alemán Friedrich Nietzsche llegó a creer que, “sin música, la vida sería un error”, es difícil pensar en un pueblo que se haya desarrollado sin creación musical: es una de sus afirmaciones más esenciales.

Así, Japón –maestro de la adaptación, a caballo entre lo tradicional y lo moderno– se muestra a los oídos occidentales a través del koto, un instrumento milenario que se remonta al guzheng chino, famoso ya en el periodo de los Reinos Combatientes (del año 475 al 221 a. C).

Esa aparente contradicción entre la costumbre japonesa y la modernidad occidental se ve superada mediante el trabajo de la artista Yumi Kurosawa, quien combina el koto con la música electrónica y el jazz. De la misma manera, Deep Singh mezcla sonidos ancestrales de la India con instrumentos contemporáneos.

Yumi Kurosawa y Deep Singh se presentarán en Costa Rica en ocasión del octogésimo aniversario (1935) de las relaciones diplomáticas entre Japón y nuestro país, aunque también nos visita el koto: per se , una suerte de embajador cultural.

“Un protagonista de este concierto es el koto, llamado también ‘arpa japonesa’. Este es un instrumento milenario que se utilizaba con motivos sagrados durante las ceremonias”, reza un comunicado de la Embajada del Japón en Costa Rica.

Histórico y legendario. Introducido en Japón desde China entre los siglos VII y VIII, el koto es un instrumento de cuerdas de 180 centímetros de longitud, construido en madera kiri ( Paulownia tomentosa ). El koto normalmente presenta trece cuerdas sostenidas sobre pequeños puentes móviles, pero algunas versiones utilizan hasta veinte cuerdas o más.

La artista Kurosawa estudió la primera variante del koto desde los tres años, y desde los quince se especializó en el complejo arte de las veinte cuerdas.

El extremo Oriente es conocido por su pasión por lo preciso y su apreciación casi religiosa de la naturaleza. En el arte musical, es común que se intente imitar la serenidad de los sonidos de la naturaleza y los ecos de las estaciones, que se suceden casi matemáticamente.

Una clasificación occidental situaría al koto al lado de la cítara, muy popular en la Grecia clásica, tanto por su construcción como por la semejanza de sus sonidos. En ambos casos, los intérpretes pueden recrear los sonidos de la naturaleza con especial exactitud; por ejemplos, una cascada, el fluir de un río o el sonido del viento.

Grosso modo , el koto suena como un arpa o una guitarra occidentales. En el Oriente posee varios “primos” musicales, todos descendientes del milenario guzheng chino. Estos son el yatga mongol, el gayageum coreano y el dan tranh vietnamita.

El koto es el instrumento nacional del Japón y recorre su historia y sus leyendas desde hace unos trece siglos.

Según la más famosa obra de la literatura japonesa, el Genji monogatari (Cuentos del príncipe Genji), el príncipe japonés del periodo Heian (del 794 al 1185 d. C) se enamora profundamente de una misteriosa mujer a quien nunca ha visto, aunque sí ha escuchado cómo tocaba el koto a cierta distancia.

Ese instrumento fue importado muy tempranamente desde China. La historia del koto se registra mejor después del siglo XVI, cuando el monje budista Kenjun (1547-1636) comenzó a componer piezas para koto en un estilo que llamó “tsukushi goto”.

Más o menos un siglo después, Yatsuhashi Kengyo (1614-1685), un talentoso músico ciego de Kioto, amplió el registro de canciones en un estilo que llamó “kumi uta”. Algunos llaman “padre del koto moderno” a Kengyo.

Al inicio de la era Meiji (1868-1912), la música del Occidente fue introducida en Japón y reemplazó en gran medida a su contraparte nacional.

Michio Miyagi (1894-1956) es considerado el primer compositor japonés en combinar la música occidental con el koto, lo que ayudó mucho a que el instrumento sobreviviera. Su obra para koto y shakuhachi (flauta japonesa) Haru no umi (Mar de primavera) suele interpretarse en el inicio del Año Nuevo en Japón.

Entre lo tradicional y lo moderno. La influencia del pop ha hecho al koto menos notorio en la tierra del Sol naciente, aunque sigue adaptándoselo a las nuevas tendencias musicales. Por ejemplo, la variante de diecisiete cuerdas, llamada “juushichi-gen” aún tiene vigencia y popularidad dentro y fuera de Japón.

En los últimos años, Reiko Obata hizo accesible el koto a todos los lectores musicales con la publicación de dos libros de canciones usando la notación occidental. Por su parte, Yukiko Matsuyama dirige una banda de koto en Los Ángeles y se presentó junto a Shakira en los premios Grammy del 2011. También es notable que Brian Jones, guitarrista de los Rolling Stones, haya tocado el koto en la canción Take it or leave it del grupo.

Otro ejemplo de cómo lo tradicional y lo moderno se entremezclan, es justamente el trabajo de Yumi Kurosawa. La artista japonesa se dedicó a perfeccionar su técnica en el koto desde los tres años, con sus padres, también músicos: Kazuo y Chikako Kurosawa. Yumi igualmente ha experimentado con música electrónica y jazz .

Ese eclecticismo ha ayudado a sacar del olvido la técnica tradicional en el vertiginoso mundo contemporáneo. “Recibí ambas influencias. Toco tanto música tradicional como moderna porque no me gusta poner límites a mi creación; de ellas hago música original y amo mi trabajo”, comenta Kurosawa.

En 1989, la artista ganó el Concurso Nacional de Koto en Japón, y se presentó en el Auditorio Nacional de Tokio en 1998 con la Orquesta de Praga en un concierto que fue televisado por la prestigiosa cadena de noticias NHK.

Su primer álbum es Beginning of a Journey (El comienzo de un viaje) y se publicó en el 2009.

Desde el 2002, en Nueva York, Yumi Kurosawa trabaja la síntesis de lo moderno y lo tradicional junto con bailarines y artistas visuales. En los Estados Unidos, ella ha realizado presentaciones en Chicago y Nueva York, y, alrededor del mundo, en Malasia, Rusia, Alemania y Canadá, y próximamente en Centroamérica.

La artista se presentará en el Teatro Nacional de Costa Rica este domingo 8 a las 5 p. m. Entrada gratuita.

El autor es periodista especializado en noticias asiáticas para medios de prensa latinoamericanos.