El grupo en que la locura es requisito para sobrevivir

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Para ser parte de Abya Yala, hay que estar un poco loco; de eso dan fe los actores Andrea Gómez, Janko Navarro y Montserrat Montero, quienes integran o integraron el grupo recientemente.

Y no es que uno termine en el hospital psiquiátrico si se suma a sus filas, sino que la intensidad de sus procesos de producción no es para gente muy sensata o para aquella con ganas de ensayar solo un par de horas, tres meses antes de presentar una producción.

“Es una locura cada vez; cada año decimos que el próximo montaje no va a tener nada más que todos los actores desnudos y un vaso de agua, pero cada vez lo vamos haciendo más complejo y termina siendo una empresa monumental”, aseguró Gómez, actriz que está con el grupo desde 1998.

Janko Navarro, quien pasó por el grupo entre el 2004 y 2008, explica que al grupo lo caracteriza que cada proceso busca una naturaleza de investigación y creación. Además, por más complicado que parece el trabajo, siempre sale adelante.

El actor y director Manuel Ruiz recordó que trabajó con David Korish y Roxana Ávila en El caso Otelo (1994), producción de Teatro Universitario.

Para él, enfrentarse a la forma de trabajar de estos artísticas fue un reto, por la manera en que afrontan el trabajo: rigurosidad, duro e intenso; por ello, él calificó esa experiencia como su mayor reto actoral.

“Korish siempre me daba nuevos retos, me ponía obstáculos para vencerlos. Me parece que es una de las agrupaciones de teatro más interesantes que existe en el país”, añadió Ruiz.

Aprender. Quienes pasaron por la dirección de Korish-Ávila siempre rescatan algún aprendizaje de esa experiencia. En el caso de Dayanara Guevara, quien estuvo en el grupo entre 1998 y el 2000, Abya Yala la llevó no solo a prepararse para cada montaje, sino a mantener en entrenamiento permanente.

“En esa época, entrenábamos ocho horas diarias. Era como un laboratorio para entrenar y entrenar; se hacía con una meticulosidad y con probar y probar cosas distintas”, agregó Guevara.

Montserrat Montero, de la generación más reciente de actrices del grupo, asegura que el trabajo se realiza poniendo un gran esfuerzo en el proceso. Para ella, una obra de Abya Yala requiere mucho tiempo, porque cada actor y sus ideas son valoradas y probadas; algunas quedan y otras no.

“Ellos (David y Roxana) han sido maestros, sin que sea una relación dictatorial, pero definitivamente han sido mi escuela. Nos amamos y nos acompañamos en los tiempos difíciles, en la fiesta, cuando toca llorar. Sea por trabajo, amor o familia, ellos están ahí”, finalizó.