‘El Cascanueces’ cumple 15 años de poner a Costa Rica a soñar

El fantástico viaje de Clara se ha convertido en una infaltable tradición en Costa Rica. Sus directores y productores aseguran que no hay secreto para su éxito, pues el propio Tchaikovsky ya hizo la magia

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En el vasto abanico de las tradiciones costarricenses, El Cascanueces ha encontrado su lugar como el sabor de la temporada, un equivalente teatral al emblemático tamal de la mesa navideña costarricense. Con 15 años de historia, bordada en cada movimiento, este ballet se ha convertido en mucho más que un espectáculo; es un plato que ha perdurado en el tiempo, manteniendo su esencia como una receta intocable y exitosa.

Para sus directores y productores, la clave radica en preservar la esencia, como quien sabe que la receta de un buen tamal no requiere cambios drásticos para deleitar el paladar de todos. En este aniversario, El Cascanueces celebra una fórmula mágica que no solo perdura, sino que sigue conquistando los gustos del público tico.

“Es que es un ballet mágico. Algo así de fantástico puede mantenerse tanto tiempo en cartelera porque presiona botones emocionales en el público y nosotros, como equipo de producción, nos sentimos honrados de poder seguir trayendo esa magia a la Navidad de Costa Rica”, expresó Patricia Carreras, codirectora de este emblemático montaje que volverá a las tablas del Teatro Melico Salazar, el próximo 1 de diciembre.

Ballet del bueno

El Cascanueces, esa mágica pieza del repertorio clásico, no conoce fronteras ni límites geográficos. Desde su creación en el siglo XIX por Tchaikovsky, este ballet ha trascendido culturas y continentes, convirtiéndose en un fenómeno teatral arraigado en las temporadas festivas de todo el globo. Sus pas de deux y su encantadora historia han traspasado barreras lingüísticas, encontrando hogar en los escenarios más diversos y conquistando corazones en cada rincón del planeta.

En Costa Rica, este fenómeno global encontró su lugar desde el 2008, cuando la gracia de este ballet aterrizó en suelo tico para quedarse. Desde entonces, El Cascanueces se ha erigido como un evento ineludible en la oferta teatral del país, uniendo a distintas generaciones.

Uno ve al público extasiado con ‘El Cascanueces’. Pasan los años y el efecto se mantiene. No cualquier obra logra esto. Es la virtud de una obra tan maravillosa”.

— Flor Carreras, productora del espectáculo

El Cascanueces relata la mágica historia de Clara, una joven que en la víspera de Navidad recibe como regalo un cascanueces en forma de soldado. En un viaje onírico, este juguete cobra vida y la lleva a un mundo de fantasía poblado por hadas, ratones y personajes encantados. Junto al Cascanueces, Clara se sumerge en una emocionante aventura donde se enfrenta al Rey Ratón y sus huestes, y vive una serie de episodios llenos de magia y danza.

“Es una travesía que despierta la imaginación, en la que la música de Tchaikovsky se funde con la gracia de los movimientos para contar un relato lleno de encanto y emoción, una odisea que por fuerza propia ha cautivado a audiencias de todas las edades a lo largo del tiempo”, explica el codirector estadounidense Wes Chapman.

De hecho, la historia de Chapman con el montaje es particular. En el 2007, Wes Chapman, graduado de la Alabama School of Fine Arts, se encontraba de gira con el American Ballet Theatre en Latinoamérica. Durante su estadía recibió una propuesta inesperada: dirigir el montaje de El Cascanueces en Costa Rica.

La productora Flor Carreras lo contactó al enterarse de su visita por la región y le ofreció tomar las riendas de este montaje. Chapman, con una conexión de más de 50 años con El Cascanueces (actualmente tiene 59 años, pero empezó a bailar esta obra desde pequeño), reveló que tiene un gran apego por el espectáculo. “Cualquiera diría que estoy harto de verlo tanto, pero apenas suena esa música bellísima vuelvo a enamorarme de este espectáculo. No puedo separarme de El Cascanueces. Más bien, ya quiero que cumplamos otros 15 años más de estar montándolo en Costa Rica”, cuenta entre risas.

Los desafíos del montaje

A pesar del reconocimiento, tanto de la crítica como del público, El Cascanueces no ha estado exento de críticas. Algunos sectores culturales han manifestado su inquietud por la continuidad ininterrumpida de este montaje, sugiriendo la apertura a otras propuestas navideñas en la escena local. A pesar de ello, las últimas temporadas han registrado asistencias notables, con una afluencia de entre 9 mil y 10 mil personas.

Wes Chapman, ante estas observaciones, asegura no haber sido consciente de tales críticas. Mientras tanto, la productora Flor Carreras, reconoce que: “Sí, puede que haya habido algunas críticas, pero realmente no nos ha afectado porque El Cascanueces está insertado en la tradición de esta época. A la gente le gusta y a la escena de bailarines también. Ha fortalecido el circuito de ballet y ha sido una fuente de empleo para muchas personas”.

¿Cuál ha sido la estrategia para mantenerlo activo tanto tiempo a pesar de esas quejas? “Pues, realmente, El Cascanueces puede con todo por sí solo. No hay que reinventar nada. La fórmula mágica la hizo Tchaikovsky hace muchos años”, asegura.

Para la codirectora Patricia Carreras, El Cascanuceces tiene grandes efectos positivos para los bailarines de Costa Rica. En el sentido de exportación de talentos, por ejemplo, está el caso de Camila Fernández, quien se insertó en el circuito de ballet de Europa siendo fichada por compañías como Ruse State Ballet. También está el caso de Margarita Peralta, quien se convirtió en formadora de bailarinas en Argentina.

Otros ejemplos son Melissa Quirós, quien fue aceptada en el Ballet de Oklahoma; María José León, que se encuentra actualmente haciendo una temporada en el prestigioso teatro La Scala de Mirán; así como Mariana Lizano, quien ha logrado importantes contratos en compañías europeas como Compañía de Ballet del Opera House and Theatre Olomouc.

A lo interno, Carreras también destaca las iniciativas que han nacido por bailarines que han sido parte del elenco del show. Por ejemplo, Jason Moraga fundó una escuela de bailarines en Puntarenas, un sitio donde estos espacios han escaseado históricamente, y que ahora nutre de bailarines al montaje de El Cascanueces.

También subraya el caso de Daniel Hernández, bailarín que acumula más de 100 funciones con este espectáculo y quien también fundó una escuela de ballet en Turrialba.

“Son casos bellísimos que inspiran a soñar con que el mundo puede ser mejor, que pueda tener más baile y color. Al final de cuentas, ese es el tema principal de El Cascanueces: habitar un mundo donde los sueños tienen más cabida y todos podemos ser felices”, finaliza la codirectora.

No se lo pierda

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Las funciones de El Cascanueces se extenderán del viernes 1.° al domingo 10 de diciembre, en diferentes horarios. Las entradas ya están a la venta en el sitio www.eticket.cr.

Los precios y localidades son: ¢18.200 (galería), ¢19.500 (palco tercer piso), ¢24.600 (balcón tercer piso), ¢27.700 (palco segundo piso), ¢36.600 (balcón segundo piso, luneta lateral y palco primer piso) y ¢42.000 (luneta central).

Además, la producción informó que se dispuso de paquetes con descuentos para grupos de cuatro o más personas.