El amor mostró su cara agridulce

Con una simpática obra sobre los altibajos del matrimonio, el grupo ecuatoriano Teatro del Cielo se ganó la complicidad del público

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“Un accidente. Todo fue un accidente”. Entre las sombras del escenario, aquellas primeras palabras dejaron ver que, de ahí en adelante, cuanto sucediera sobre las tablas podría ser tan imprevisible como gracioso.

Ante un auditorio a medio llenar, Lola y Berni aparecieron con su ropa antigua, sus rostros blanquísimos y sus lentes al estilo Harold Lloyd.

“Un accidente. Todo fue un accidente”, así empezaron a contar la historia de su matrimonio, un amor que comenzó lleno de dulzura y terminó con sabor a agua de mar.

En el camino de su narración, con muy pocas palabras, ambos personajes se ganaron la complicidad y las risas de las decenas de personas que se acercaron la noche del miércoles al Museo Histórico Juan Santamaría, en Alajuela.

Con una maravillosa coordinación de movimientos y un amplísimo repertorio de gestos, el grupo Teatro del Cielo presentó ahí la tercera y última función de su obra Luna de miel... lotra de sal, en el marco del Festival Internacional de las Artes.

Dirigida e interpretada por el ecuatoriano Martín Peña y la cubana Yanet Gómez, la obra de mimo corporal narra la historia de dos jóvenes aparentemente normales que, al juntarse, cambian sus destinos y desarrollan un mundo complicado que solo existen en sus mentes.

El amor, que nació con cierta timidez, se convierte luego del matrimonio en una guerra de sexos con indirectas muy directas, que el público no tardó en entender.

Las risas cómplices que se escuchaban desde las butacas no dejaban asomo de duda. Y es que, curiosamente, la mayoría de quienes llegaron al museo alajuelense lo hicieron en pareja. Por eso, resultó común que, entre cada carcajada, compartieran un golpecito con el codo, como diciendo: “Ahí te hablan, amorcito”.

Solo gestos. El grupo Teatro del Cielo se caracteriza por desarrollar propuestas de mimo corporal, un arte dramático que pretende representar sin palabras lo invisible: emociones, dudas, pensamientos.

Lola y Berni lo lograron con creces. Sin hablarle directamente al público, los personajes establecieron una conexión directa con hombres y mujeres. “Bien me lo decía mi madre, que no me casara con un vago”, “bien me lo dijo mi mamá, no te cases con una mujer materialista”.

Entre reclamos y desacuerdos, que nunca faltan en una relación de pareja, ellos descubrieron a las esposas perfeccionistas e histéricas; y ellas a los maridos indecisos e inútiles.

Con una sencilla utilería (dos maletas, cuatro sombreros, un paraguas y una silla), una música elaborada y una sincronía envidiable, los actores llevaron a los personajes hasta un adiós inevitable... Al menos en esta vida.