Diseñador Ezio Manzini: ‘Sostenibilidad no es una disciplina, es una actitud’

Diseño para cambiar la sociedad: Ezio Manzini propone una sociedad activa, impulsada por redes de colaboración e individuos innovadores

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Ezio Manzini es un prestigioso diseñador y profesor de origen italiano, conocido por su énfasis en la sostenibilidad ambiental. Con una propuesta acerca de la innovación social, publicó Cuando todos diseñan (2015), libro que propone una sociedad transformadora, en la cual pequeñas interacciones entre los individuos provocan mejoras sociales y ambientales a gran escala.

Manzini arribó al país la semana pasada para impartir conferencias en el Encuentro de Diseño e Innovación organizado por la Universidad Veritas.

El profesor del Politécnico de Milán y de la Universidad de Artes de Londres insiste en la necesidad de personas activas e independientes de la intervención del Estado, que generen proyectos de bienestar social.

Estas propuestas suelen ir relacionadas con el término sostenibilidad, el cual se interpreta comúnmente como el tipo de diseño que genera productos amigables con el ambiente.

Manzini entiende el concepto de una forma completamente diferente. Él considera que el diseño sostenible es la creación de proyectos que generan soluciones a las situaciones actuales.

No cree en diseños ni productos sostenibles por sí solos, sino en la capacidad de las personas para crear un movimiento emprendedor que nos ayude a imaginar un futuro distinto.

–¿Podría dar un ejemplo que cumpla con su visión de desarrollo sostenible?

–Le puedo dar muchísimos... En el campo de la movilidad urbana, por ejemplo, el diseño sostenible podría involucrar la creación de pistas para ciclistas que conjuguen diversos aspectos; se transmite una comunicación que convence a las personas de andar en bicicleta porque es mejor para la salud y el ambiente. Además, pueden pensar que es más cool .

”Pero si usted quiere proyectar diseño sostenible para una sola bicicleta, y construye una con materiales más ligeros, puede que alguien nada más la compre, la pegue en la pared y no la use nunca. Ahí no hay nada de sostenibilidad”.

–¿Cómo podemos hablar de sostenibilidad cuando muchos creen que el mundo ya está perdido y no hay nada que hacer?

–Siempre existirán personas negativas, pero si usted quiere impulsar un diseño sostenible, no piensa genéricamente para todos, sino en los interesados. Cuando yo era un niño, por ejemplo, se tenía la idea de que la comida era algo que tenía solo un futuro: una producción siempre creciente con una oferta cada vez más industrializada. Hoy, a pesar del asunto de los organismos modificados, en cualquier parte del mundo se encuentran escenarios con productos orgánicos, en los cuales prevalece la producción local y estacional.

”Por otra parte, muchos no comen carnes por su efecto ambiental negativo. Yo sé que también existe el crecimiento del consumo de comida chatarra, pero está aumentando, a su vez, el número de personas conscientes. Existe una cultura no tan industrializada y veo posibles más escenarios de este tipo. No es mainstream , pero puedo asegurar que no hay lugar en el mundo al que uno vaya a una conferencia y no pueda hablar sobre escenarios alimentarios basados en el bienestar. Eso era impensable hace unos años”.

– ¿Cómo se puede sensibilizar a las personas para que jueguen en la sociedad?

–Esta es una historia de la que se habla desde hace décadas, pero en los últimos años he notado que la gente puede cambiar su modo de pensar. A eso le llamo innovación social. Este movimiento está creciendo y se puede desarrollar desde pequeñísimos grupos, como cuando hablamos del resultado de modernizaciones y de las penetraciones informáticas que permiten a la gente relacionarse de forma diferente.

”Hoy hay personas con extrema individualización para generar proyectos, y esto no es solo un problema en el plano psicológico, sino también un problema práctico porque resulta difícil comunicarse con los demás (para generar proyectos).

”Se debe mirar al futuro no solo como algo necesariamente tecnológico, sino también como un escenario que cuente con la colaboración de personas que intervengan como mediadores para que el individuo aporte mejoras a la sociedad. Esto es algo reflejado en cooperativas alimentarias, albergues e incluso ancianos que cuidan a otros ancianos”.

–¿Cómo se logran estos proyectos en las condiciones del tercer mundo?

–Es que modernizar significa que la gente se relacione con buena parte de la sociedad y encuentre condiciones de libertad personal. Modernizar es para nosotros y hay que ver las cosas de manera diferente. Debemos pensar en un salto para arribar a una fase más avanzada.

”En inglés se le llama leapfrogging , que es el juego que hacen los niños cuando saltan de un lado a otro. El leapfrogging tecnológico, por ejemplo, es el salto de no tener nada a tener un teléfono y luego un iPad, en vez de seguir en línea recta, como tener un aparato, conseguir una línea...”.

–¿Y en términos sociales?

–Pues las personas pueden hacer los cambios directamente, sin olvidar el rol del Estado. Un ejemplo es el de los jardines comunitarios: en vez de hablar con el gobernador y esperar que el Estado haga un jardín, los vecinos pueden tomar la decisión de usar espacios desocupados para tener sus propios jardines. El Estado puede apoyar con materiales y asuntos administrativos, pero su rol principal es dar legitimidad a lo que hace la gente.

– También hay que afrontar la sobrepoblación, tema constante en sus charlas...

–Evidentemente, tener mucha población nos genera muchos problemas, pero ya que somos tantos, podríamos pensar que hay muchas personas inteligentes y activas. No somos una masa de idiotas. Somos personas con límites, pero con inteligencia. El problema es que hay sociedades que tratan a las personas como estúpidas.

– ¿Por qué esta innovación es algo particular y no otra forma tradicional de pensamiento?

–Nunca llevé un curso sobre diseño sostenible porque la sostenibilidad no se ve como un objetivo. No me gusta hablar de diseño sostenible como un término aparte porque debería ser algo obvio. En los últimos 10 años, me he preocupado por la innovación social porque creo que es algo completamente al descubierto. Esta no es una disciplina propiamente del diseño; a través de ella, se pueden realizar cambios sociales con diferentes servicios.

”La sostenibilidad no es una disciplina, es una actitud. Y esta actitud es un proceso que activa la inteligencia. Si usted cree que los adultos mayores son un problema, las políticas sociales crearán un sistema que no soporta a los ancianos. En cambio, se podría crear una plataforma que valore las capacidades de esta población. Por ejemplo, soy un anciano y puedo hacer muchas cosas. Nada es insoluble”.