¿Cómo llevar la cultura desde el escritorio de un funcionario hasta los ciudadanos? ¿De qué forma pueden disfrutar los ticos de las artes, la literatura, el teatro, la danza, la música, el cine, las tradiciones populares sin necesidad de desplazarse grandes distancias ni gastar mucho dinero? ¿Cómo convencer a quienes ejercen el poder de que invertir el cultura no es un gasto superfluo y que incluso puede generar ganancias económicas?
Estas son algunos de los dilemas que el Ministerio de Cultura pretende resolver, al menos en el papel, con la formulación de la Política Nacional de Cultura (PNC) y la Ley General de Cultura (LGC).
Ambos documentos están en la recta final de formulación y se espera que los textos definitivos estén listos en junio de este año, según anunció ayer el ministro de Cultura, Manuel Obregón.
Una vez listos los documentos, cada uno seguirá un rumbo distinto para poder convertirse en realidad. “La Política Nacional de Cultura debe ser aprobada en Consejo de Gobierno de modo que tendrá un carácter estatal, independiente de los periodos electorales. Es una herramienta para orientar con claridad la formulación de los planes de gobierno en torno al sector cultura”, declaró el jerarca. De aprobarse esa política en el 2013, tendría una vigencia hasta el 2023 de modo que todos los Gobiernos en ese período estarían en la obligación de acatarla. Por su parte, la Ley General de Cultura debe seguir el proceso normal de cualquier otra y aprobarse en la Asamblea Legislativa.
Según explicó el coordinador de la Comisión de Construcción de PNC y LGC, Giancarlo Protti, el proceso ha tomado dos años durante los cuales se realizó un diagnóstico y posteriormente se consultó a varios sectores involucrados con la cultura por medio, talleres, grupos focales y entrevistas.
Así en la primera etapa –entre el 2011 y el 2012– se realizaron 80 consultas en las que participaron 600 personas.La segunda etapa, que inició en diciembre del 2012 y concluye en febrero del 2013 r 35 talleres, 3 grupos focales, 26 entrevistas de profundidad y consultas a 600 personas.
Protti y Obregón destacaron que ambas estrategias buscan descentralizar la gestión de modo que haya mayor participación y coordinación con municipalidades y organizaciones comunales. “No queremos que la cultura se quede en San José”, dijo el ministro.
Consultado sobre la inconformidad que en ocasiones anteriores han demostrado algunos gremios artísticos específicos, Obregón fue tajante. “Los artistas somos un sector muy complejo. Yo también soy artista y parte de nuestra función en la sociedad es ser disconformes. Es importante aclarar que todo es trabajo que está haciendo el Ministerio de Cultura no es para favorecer a los artistas en sí sino para beneficiar a la población que nunca ha tenido acceso a la cultura ”.
Si desea conocer los detalles y dar sus sugerencias puede ingresar a www.politica.cultura.cr.