Crítica de teatro: ¿Fortalecer la identidad?

Creación colectiva: En el teatro iberoamericano, esta modalidad se mantiene vigente

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

¡Calladito más bonito! , última puesta en escena de la Compañía Nacional de Teatro, estrenada en fecha reciente (CNT) en su sede de La Aduana, es el producto de un taller de creación colectiva llevado a cabo por Heidi Steinhardt , actriz, directora y dramaturga argentina, con un grupo de actores nacionales, los mismos que forman el elenco del montaje que ella dirigió.

Alternativo. La creación colectiva es un modo alternativo de dramaturgia, cuya principal característica es prescindir de un texto escrito de antemano. Partiendo de temas, situaciones y hechos concretos, el texto y la acción teatral se establecen, a lo largo de un proceso de ensayo y experimentación, mediante las improvisaciones desarrolladas por los actores, con el aporte y guía del director que, como en el caso de la señora Steinhardt, también puede fungir de dramaturgo.

En una etapa posterior, las representaciones y relación con el público pueden llegar a modificar y hasta transformar el tenor y alcance del espectáculo generado por el método de la creación colectiva.

Transigir. En su estado actual, por medio de sendos monólogos , ¡Calladito más bonito! muestra las circunstancias de seis personajes representativos que optaron por la resignación o el silencio en vez de oponerse o denunciar los abusos que violentaban su integridad o sus derechos.

En consecuencia, frente a la dis -yuntiva de quedarse sin la bonificación laboral si faltaba al trabajo, el Soldador (Pablo Caravaca) acepta que el patrón le niegue el permiso para acudir al lado de su madre moribunda y se mantiene en el puesto.

De su parte, Carlos (Erik Córdoba), profesor de secundaria, perdió la casa debido a un fraude registral, pero aprensivo ante las dificultades de un litigio judicial, se conforma con que los nuevos dueños le permitan alojarse en una bodega de su antigua propiedad.

Por otro lado, en lo que me pareció un intento dudoso de introducir elementos de realismo mágico, Itzae (Vivian Rodríguez), que el programa de mano identifica como el espectro de una doncella, rememora el linaje y los prodigios de sus parientes brujas, y cómo su novio la dejó tras haber sido violada en la montaña por un ente diabólico.

Además, jugando con sus muñecas Barbie, Sofía (Adriana Víquez), una estudiante adolescente, reconstruye los momentos de angustia y dolor que vivió de niña cuando fue violada por un tío, algo que calló y nunca reveló después.

Asimismo, si ante los demás se presenta como un hombre de negocios de traje gris y corbata, en privado Charlotte (Andrés Montero) satisface su inclinación de travestí, mientras elabora una fantasía en la que su padre se suicida cuando él-ella le confesó que viajará a París con su novio francés.

En el transcurso del espectáculo, entre los episodios se intercalaban los desvaríos y quimeras cómicas de Robinsen (Winston Washington), un indigente marginado y adicto al crack , en conversación imaginaria con su compañero, Nietzsche, un gato de trapo.

Desempeño. El elenco concedió presencia y espontaneidad a los personajes y las actuaciones se mantuvieron persuasivas. Las voces se oyeron bien proyectadas, la dicción clara y entendible, aunque en el caso de Vivian Rodríguez puede aún mejorar. La directora dispuso el área del escenario de manera eficaz para que cada personaje ocupara su propio espacio. Luces y vestuario contribuyeron de manera provechosa a la ambientación de la puesta.

Sin embargo, aparte de los beneficios que el taller de Heidi Steinhardt brindó a las habilidades histriónicas de los participantes y el disfrute que la escenificación proporciona al publico, no me quedó claro de qué forma específica el montaje cumple con los anunciados propósitos de “fortalecer la identidad costarricense”, según las declaraciones dadas a la prensa por Gladys Alzate, directora de la CNT, en febrero pasado.