Crítica de danza: Unidos por el estilo

El festival : Es otro evento para unir al gremio y permite seguir mejorando

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Por primera vez, en Costa Rica, se realiza el Festival-Encuentro Movimientos desplegados como un espacio para pensar, discutir y compartir experiencias sobre la danza escénica.

En este caso, es hecha e interpretada por mujeres de Iberoamérica interesadas en hacer pensar a los espectadores.

Varias artistas fueron convocadas por la coreógrafa y directora del evento, Vicky Cortés; entre ellas están las creadoras de México, Martha Rosvel y Violeta Luna. Desde España vino Carmen Wener; de El Salvador, Paola Lorenzana y de Brasil, participó Cristina Moura, así como las costarricenses Elia Arce y Cortés.

Durante el festival los trabajos han sido mostrados en diferentes espacios de la capital y las participantes dieron talleres en zonas socialmente vulnerables e impartieron clases a estudiantes y bailarines nacionales.

El punto en común de las producciones de estas mujeres está en que los límites de la danza, el teatro y el performance casi son inexistentes, con el propósito de crear obras de un fuerte estilo personal.

En Gráfica Génesis vi dos propuestas de Paola Lorenzana y una de Martha Rosvel, todas trataron temas de interés social expuestos en tono intimista y desde la perspectiva femenina, como resultado de una investigación artística y con el uso de la plástica escénica inteligente, en la cual abundan los elementos escenográficos.

La presentación de esa noche, dio inicio con Mujer fragmentada de Lorenzana, en la cual se enfrentó a los estereotipos sociales y la presión que puede sentir una mujer para complacer a otros, hasta llegar a la náusea. Por el tratamiento del movimiento, la música y la interpretación, me ubicó en el sentir predominante en la danza de la década del setenta del siglo XX.

Luego vimos a Rosvel con su unipersonal denominado IN tres tiempos, inspirado en aspectos de la realidad mexicana, principalmente, en la fiesta de los muertos. La autora utiliza varios recursos como un guiñol, pintura corporal o la improvisación para dejar destellos en el escenario que aluden a la violencia cotidiana y evidenciar que hemos llegado a tolerarla como algo cotidiano. De estos tres tiempos, degusté el teatrito, pero sentí que al plato fuerte le faltó mayor desarrollo y proyección corporal, es decir, RosVel nos dejó con ganas de verla moverse y proyectar un poco más, algo así como un postre sin café, en fin, es cuestión de gustos.

El cierre de la noche fue de la salvadoreña, quien ejecutó Un día a la vez y su motivo principal es el duelo por una hermana. En este trabajo disfruté del recurso escenográfico, en el que pudo explorar más, antes de salir. En este mismo orden de cosas, debería darle mejor tratamiento a las caídas (las tres tienen el mismo peso y resolución).

En sus dos trabajos, Lorenzana combina su fuerte proyección con muchos momentos de introspección.

Para los que no han ido a ver estas obras con acento femenino, el cierre de este encuentro dancístico es el miércoles en Gráfica Génesis con la veterana Carmen Werner.