Crítica de danza: Del goce escénico a la denuncia

Bastarda tabacalera : Enfrentar un tema con humor para crear apertura social.

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En el panorama de la danza costarricense los temas por tratar van acorde a las preocupaciones de los artistas que quieren ser interlocutores con sus contemporáneos y es por eso que, a mediados de año, Gráfica Génesis programó un ciclo de montajes de danza y teatro que abordan la diversidad sexual.

En este contexto, el joven creador Jorge Sánchez se hizo acompañar de Heriberto Calderón, Dennis Castillo, Christopher Díaz, Diego Rojas y José Duarte para escenificar su última producción coreográfica titulada Bastarda tabacalera , en la cual se enfrentó al tema de la identidad sexual.

Sánchez y compañía lo asumieron con humor, desenfado e irreverencia y nos presentaron un ejercicio de disfrute, alejándose del enfoque trascendental y sin rastros de sufrimiento. Además, los participantes pretenden que esa identidad sexual sea asumida con libertad, sin tener que vivirla en la clandestinidad; es decir, mostrarse tal como se quiere ser.

Bastarda tabacalera contó con los elementos plásticos bien manejados, entre los cuales señalo el diseño de iluminación de Nereo Salazar, una banda sonora con música variada y un vestuario oportunamente diseñado por Manuel Cajina. El coreógrafo supo sacar provecho de la poca escenografía, especialmente las sillas, que se transforman en cómplices de los intérpretes.

Un aspecto importante en la composición es que Sánchez demostró capacidad de síntesis, ya que, en casi una hora, el tema fue expuesto y dejó a la audiencia con ganas de un poco más.

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Para lograr lo anterior, aprovechó el espacio y jugó con diversos niveles, en los cuales los movimientos se ejecutaron con fluidez, pero no siempre en sincronía, aspecto que se debe de cuidar, sobre todo, cuando los cinco bailarines realizan sus variaciones.

Como coreógrafo, Sánchez me entretuvo con el manejo de ricas imágenes construidas con base en un contrapunteo o yuxtaposición de escenas. No abusó del unísono, ni tampoco dejó a la libre a cada danzante para que realizara movimientos muy personalizados.

En la interpretación, los cinco bailarines crearon sus personajes con atino y energía; destacó la participación de Heriberto Calderón, quien, en los diferentes momentos, supo llenar de veracidad a los roles, pues en él pude imaginar desde una autoritaria Bernarda Alba, hasta una loca enamorada cantando canciones a la hora de planchar ropa. También me llamó la atención cuando Calderón asumió el solo con un acento intimista, en el que demostró limpieza técnica y rica corporeidad.

En este mismo sentido estuvo el trabajo de José Duarte, quien le imprimió intensidad a sus intervenciones con adecuado manejo corporal y técnico.

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En síntesis, Bastarda tabacalera es un trabajo que evidencia la economía y buen aprovechamiento de los recursos, en el cual se mantiene la coherencia del tema planteado y no cae en el engolosinamiento por el movimiento vacío, ya que prevalece la forma en función del contenido. Asimismo, promovió la risa y hasta puso a más de uno a cantar.

Bastarda tabacalera

DIRECCIÓN COREOGRÁFICA: Jorge Sánchez

INTÉRPRETES:Heriberto Calderón, Dennis Castillo, Christopher Díaz, Diego Rojas y José Duarte.

FECHA: 25 de setiembre de 2015, 8 p. m.

LUGAR: GRÁFICA GÉNESIS