Compañía Nacional de Danza encuentra la textura de la melancolía en ‘Taciturno’

Teatro de la Danza: El coreógrafo Adrián Figueroa reducirá los asientos para el público con el fin de ofrecer una experiencia más íntima

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Este fin de semana, el Teatro de la Danza estará irreconocible.

En Taciturno , nuevo montaje de la Compañía Nacional de Danza, el director ha reubicado las butacas del público en el escenario, cerca de la interpretación de sus bailarines.

La primera función será esta noche, a las 8 p. m., en el Teatro de la Danza, dentro del Cenac. Debido a la disposición de los asientos, el teatro solo tendrá espacio para 140 personas durante las cuatro noches de la temporada.

Adrián Figueroa diseñó el espacio pensando en la textura de su obra: el concepto de la introspección como un estado emocional fértil para la creación y la resolución de problemas.

“Quería provocar esa cercanía con el intérprete para hacer que el público sienta todavía más lo que los bailarines están pasando con esos movimientos que realmente dan la sensación de nostalgia”, explicó Figueroa.

La melancolía necesaria para dirigir el montaje provino de experiencias personales que marcaron al coreógrafo.

“Me considero una persona muy sentimental. La obra describe mucho lo que me ha dado”, aseguró el director.

“Tiene que ver con muertes muy cercanas y transiciones. Hacía mucho tiempo que no me pasaban estas cosas y volverlas a reconocer me dejó a en un estado emocional muy introspectivo”, agregó el creador.

No obstante, ninguna de estas emociones las relaciona Figueroa con la tristeza.

Textura. Los movimientos de los bailarines hacen referencia al estado físico y emocional de ser “taciturno”.

Los intérpretes mueven con delicadeza sus brazos para simular el letargo de la reflexión; de pronto, agitan sus cuerpos en giros, saltos y bruscos movimientos grupales para representar la turbulencia de su interior.

La escenografía de la pieza es muy sencilla –lo único visible al público son algunos asientos para el reposo de los bailarines –.

El espacio es complementado por los juegos de iluminación que están a cargo de Luis Romero.

Otra de las preocupaciones estéticas de Figueroa ha sido acompañar su pieza con música tan sensorial como la danza. Para ello, convocó a la bailarina y compositora Isabel Guzmán.

“En Taciturno cada escena tiene ciertas características en cuanto a la sonoridad. Adrián estaba buscando un sonido particular del acordeón, chelo y del piano, que son instrumentos que él sentía necesarios” , aseguró Guzmán sobre su trabajo.

A partir de este jueves. Las entradas para la función de estreno se venderán en una oferta de dos por uno. El boleto general costará ¢5.000, Hay paquetes para grupos grandes y estudiantes. Las funciones de jueves a sábado serán a las 8 p. m. y el domingo 8 de noviembre, a las 6 p. m.