Colin González: 'Me siento especial por ser el único chico en El cascanueces'

El ballet es una de las pasiones del niño, quien verá su esfuerzo premiado cuando llegue por primera vez al escenario del Melico

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Entre tutús, leotardos y moños, el ensayo de los payasos de El cascanueces , escondía una peculiaridad: había también una cabellera rubia corta que se agitaba al compás de unas zapatillas negras.

Colin González es el bailarín fuera de serie en la temporada 2016 del ballet de Tchaikovsky, que se presentará a partir de este 2 de diciembre. A sus 12 años, será el único niño varón sobre las tablas del Teatro Popular Melico Salazar.

Interesado en la danza desde los 6 años, el pequeño artista de Santa Ana dio sus primeros pasos en los géneros acro y hip-hop . Sin embargo, desde hace dos años decidió probarse también en el ballet , en la academia Warehouse Dance Complex.

“Era una nueva forma de expresarme en el baile, y lo quería intentar”, afirma González. “(Mis papás) me dijeron que hiciera lo que quisiera, y que era muy chuzo que lo intentara”.

De hecho, fue su madre quien lo instó a probar suerte en el casting de El cascanueces , y el pequeño llamó la atención al ser el único niño en acudir a las audiciones de este año.

De acuerdo con Patricia Carreras, directora artística del espectáculo, en ocasiones anteriores habían tenido niños de Aserrí y de Siquirres, pero nunca había participado uno del Valle Central.

“Me siento especial por ser el único chico aquí. No hay mucha competencia. Cuando uno es hombre y hace cosas como el ballet , no hay mucha competencia. Eso es bueno, muy bueno”, dice González con convicción.

Luego de siete meses de ensayos, y casi a punto de entrar en escena, su rostro revela chispazos de ilusión, mezclados con un nivel de compromiso artístico que hace parecer que las palabras no vienen de un niño de apenas 12 años.

“Lo que me gusta del ballet es cuando uno lo practica, uno se define mucho y puede usar músculos que ni sabía que tenía para hacer movimientos más complejos. Es muy técnico, necesita mucha práctica”, explica el pequeño, quien se define como un autodidacta que dedica todos los días, sin falta, a ver videos y a prestar atención a los pasos.

Peculiar interpretación. Aunque González es uno más de los payasos que salen a escena bajo la enorme falda de un arlequín, ha sabido imprimir una esencia propia a su personaje. Tiene claro que sus movimientos deben ser masculinos, fuertes, poderosos.

De hecho, Carreras tiene la misma impresión al verlo bailar entre las 64 niñas que incorpora el elenco de cada función.

“La coreografía de los payasos es muy neutra. Él la baila muy diferente, eso sí. Inmediatamente usted descubre que ese es un niño en el escenario; no una niña”, explica la directora. “Lleva el mismo traje, pero uno se da cuenta de quién es él, eso es lo interesante”, continúa.

Carreras destaca la buena coordinación que muestra González a su corta edad, algo que quizá le habrá dado su experiencia en el hip-hop.

Sin embargo, ella no diría que esa sea su mayor fortaleza, pues en González lo que resalta es una enorme seguridad en sí mismo.

“Un niño que viene a ensayar durante prácticamente siete meses entre todas esas niñas ya muestra una personalidad muy buena y muy definida”, aseguró Carreras.

“Creo que eso es lo que lo define a él, además de una tremenda seriedad con respecto al trabajo”, añadió.