Christian Bendayán, Atrapado en el verde infinito

El artista retrata la interminable cultura urbana del Amazonas peruano

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David Bolaños Acuña david.boñanosacuna@ucr.ac.cr

Christian Bendayán está atrapado en la selva. El pintor dedica su tiempo y sus lienzos a las escenas vibrantes y alegóricas de quienes lo acompañan en esa estancia: una cultura “chola” urbana y pop del Perú, sumergida en la espesura del Amazonas.

Iquitos es una de las principales ciudades de la selva peruana. Allá, Christian Bendayán nació y creció; allá aprendió a dominar la pintura, el dibujo y la fotografía hasta convertirse en uno de los principales exponentes del arte urbano de su país.

Sus piezas no tienen la intención de ser un rescate de lo popular: Bendayán solo quiere atrapar las imágenes bellas y horribles de la Amazonía peruana, sin importar su orden o su mezcla. La estética de la cultura popular en manos de Bendayán es fiesta y festín. Según Bendayán, la ciudad se erige en la lujuria de todos los cuerpos.

Creador y obra se privan de la comodidad de lo invariable: Iquitos nunca será una pieza de arte concluida. El artista afirma que, con la edad, esa selva que se incrusta en el concreto es cada vez más amplia; Bendayán es un artista atrapado en un territorio infinito.

El Festival Internacional de Diseño (FID) recibió a Christian Bendayán, por lo que hablamos con él.

–¿Por qué sus pinturas parten de la fotografía?

–La fotografía es una herramienta de registro que me facilita captar rápidamente muchísima información que luego puedo procesar e interpretar desde un trabajo manual directo, que me permite mucha libertad: la pintura.

–¿Qué representan Iquitos y la Amazonía peruana para usted?

–La Amazonía es el lugar perfecto, un lugar donde la vida está en constante reproducción y renovación. Sus pueblos cuentan con una sabiduría invaluable sobre la naturaleza y la relación que debemos llevar los humanos con ella. Iquitos es una ciudad que excede a las posibilidades de la fantasía: intensa, fascinante, lujuriosa y dramática.

–¿Pretende la alegoría o la crítica de los pueblos que pululan en esa zona?

–Ambas, según el tema que aborde. En los últimos años, mi mayor preocupación ha sido recrear hechos históricos que han definido lo que ahora son las ciudades amazónicas como Iquitos, entrecruzando tiempos, confrontándolos para generar cuestionamientos y reflexiones sobre el rol de los amazónicos en la actualidad y el destino de esa región.

–¿Cuáles detalles son necesarios para retratar adecuadamente a la Amazonía peruana?

–Lo primero es comprenderla como un espacio inabarcable en su diversidad, con múltiples culturas y tradiciones, y con una indesligable relación entre su modernidad y su naturaleza.

–Ha dicho usted que “odia la estética de la belleza”...

–Son afirmaciones de mi juventud. Ya estoy viejo y atraído por las bellezas de todo tipo.

–¿Cuál es su definición de la belleza? ¿Son bellos sus personajes y sus escenarios ?

–No tengo una definición fija de belleza, pero sospecho que tiene que ver con aquellas cosas que conmueven y generan emociones; que excitan y despiertan ideas que pueden motivar cambios en la realidad.

“No es mi intención transmitir belleza a través de mi pintura, mas sí, en muchos casos, suelo representar gente, espacios y elementos que considero bellos. Ocasionalmente, también, represento imágenes que me parecen horribles.

–¿La obscenidad puede ser parte de la belleza?

–Todo puede ser materia prima para generar belleza; está en el proceso y el sentido de la creación darle ese fin.

–¿Qué representa la fiesta para Iquitos?

–Los iquiteños tenemos una cultura de celebración, a pesar de las dificultades y carencias en las que solemos vivir. La fiesta es el equilibrio vital para soportar la realidad avasalladora de la selva misma.

–Se dice que su obra es la celebración del cuerpo. ¿Qué llama su atención sobre la sexualidad de los personajes que usted retrata?

–Que, efectivamente, los cuerpos nos hablan también del entorno y de las historias de estos personajes, y es finalmente lo que se quiere representar.

–Los travestis son personajes recurrentes en su obra. ¿Qué representa el travesti dentro de la estética urbana del Perú?

–El travesti está vinculado a un cuestionamiento sobre la estética, y, con mayor intensidad, a cuestionamientos sobre la identidad. El travesti es un ser ambiguo y abierto a la representación de más de un género; está atravesado por problemáticas que van desde la discriminación hasta la creación artística.

–¿Cuál es la fuerza más abrumadora en sus retratos: el “pop” o el Amazonas?

–Es la presencia amazónica, que adquiere su ciudadanía en el imaginario artístico peruano, con toda su herencia histórica hecha cotidianidad.

–Dijo usted que lo más importante del arte es su efecto. ¿Cuál es el efecto de su obra?

–Espero que sean muchos. Uno de ellos es que ha logrado una mayor presencia de las estéticas y los valores de la Amazonía en el resto del Perú.

–¿Todavía podemos considerar que “el mal gusto” es una estética rechazada?

–Las propuestas artísticas actuales han superado los planteamientos tradicionales de estética. Considero que hoy no podemos hablar de estéticas rechazadas.

Bendayán es un artista atrapado en el infinito.