La Biblioteca Nacional de Costa Rica, cofre del tesoro documental del país, llega a 125 años en pleno proceso de remozamiento y buscando ponerse al día con la tecnología.
¿Cómo encuentra este aniversario a la institución? “La Biblioteca Nacional llega a sus 125 años un poco remozada en su edificio, porque el año pasado pudimos cambiar el sistema eléctrico del edificio para resguardar mejor los documentos que en ella se preservan y conservan”, indica la directora del Sistema Nacional de Bibliotecas (Sinabi), Olga Rodríguez.
La inversión de ¢700 millones significó la renovación del sistema telefónico y el cableado estructural, un proceso que continúa en desarrollo.
La biblioteca estuvo cerrada durante cinco meses para realizar las reparaciones, pero ya se encuentra de nuevo en pleno funcionamiento y con todos sus servicios. Esta reparación tomó más tiempo de lo planteado originalmente, y aún está por completarse en el 2014.
La Biblioteca Nacional atiende a un promedio de 204 usuarios por día; fueron 24.533 en el primer semestre del 2013. “Tenemos que recordar que es depositaria de patrimonio; es la biblioteca en donde investigadores hacen sus consultas”, aclara. “No es una biblioteca pública, con una misión diferente”, agrega. Claro está, cualquier visitante puede acercarse y disfrutar de todos los servicios.
Entre las principales necesidades que tiene hoy la Biblioteca para dar servicio a usuarios se encuentra la conexión a Internet de sus 20 computadoras públicas, que Rodríguez califica como “pobre” (4 GB).
La directora indica que se desarrolla un proyecto para aumentar la capacidad a 25 GB. Asimismo, también se espera restablecer el equipo de fotocopiado, asignado a una empresa externa. “Queremos acercar al público cada vez más, mediante el uso de tecnologías de la información”, dice la coordinadora de la biblioteca, Yamileth Solano.
¿Cuáles otros retos enfrenta? “Deseamos contar con una biblioteca más remozada, queremos optimizar más los servicios y ser una biblioteca más accesible”, explica Rodríguez.
Sinabi también se encuentra en el proceso de digitalizar sus documentos. Hasta el momento, han incluido 80.000 piezas en su repositorio digital, principalmente con documentos del siglo XIX y principios del siglo XX.
“Una persona que publica un libro puede asegurarse que con solo depositarlo en la biblioteca, ese documento se va a conservar y preservar para las generaciones actuales y futuras”, recordó Rodríguez.