Es inusual, pero no imposible, que un grupo de bailarines ticos se haya encargado de invocar en Suiza la milenaria historia de las danzas de Oriente Medio.
La historia, que comenzó por una casualidad, culminó con un viaje de una semana a la ciudad de Berna, donde 16 bailarines de la Academia Danza “O” Cultural trabajaron con 124 niños de la Escuela Schwabgut 1.
La directora de la Academia, Odiney Campos, lleva diez años presentando a su grupo en escuelas con coreografías de danzas folclóricas, y el año pasado obtuvo la oportunidad de enlazar su trabajo con Suiza, a una institución donde la mayoría de estudiantes son hijos de inmigrantes de zonas de guerra de África, Europa del Este y Oriente Medio.
La actividad, llamada la Semana de Interculturalidad Global , incluyó presentaciones y talleres con los niños, durante la cual presentaron danzas típicas de sus regiones de origen, como el Bandari de Irán o el Saidi de Egipto.
Campos confía en sus coreografías, en tanto apoya su trabajo en investigar cada pieza musical que utiliza y cada movimiento que interpreta.
“Lo que hay que hacer es investigar, igual que se hace con cualquier otra investigación científica”, asegura.
La Academia Danza “O” se concentrará este año en estudiar las danzas árabe andaluzas.