Ataque a ‘Los Girasoles’ de Van Gogh: un recuento de otras obras de arte que han sufrido agresiones

Creaciones de Leonardo DaVinci, Miguel Ángel y de otros artistas canónicos también han sido objeto de atentados a lo largo de la historia. Estos son algunos de los casos más sonados

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Un momento de tensión se vivió en el National Gallery de Londres. Durante la mañana de este viernes 14 de octubre, dos manifestantes ecologistas atentaron contra el cuadro Los girasoles (1888) de Vincent Van Gogh, como una señal de protesta.

Las muchachas arrojaron una sustancia roja, que parecía una sopa de tomate, sobre dicho cuadro. Su ataque fue captado por las cámaras del lugar y el impactante video no tardó en viralizarse y encender la polémica.

En el video se puede ver a las jóvenes con latas en las manos, frente a la famosa pintura que recubre una de las paredes del museo de Londres. Rápidamente, tomaron la sustancia y la arrojaron sobre el cuadro.

De fondo se escucharon algunas reacciones de asombro de quienes estaban en la sala, preocupados y conmocionados por lo que acababan de presenciar. Incluso se oyó a una persona llamar a seguridad.

Durante la mañana del viernes, el grupo Just Stop Oil, una coalición opuesta al uso del petróleo, anunció desde su cuenta de Twitter que se responsabilizaba del ataque. “¿Vale más el arte que la vida? ¿Más que comida? ¿Más que justicia? La crisis del costo de vida y la crisis climática está impulsada por el petróleo y el gas”, escribieron junto a una imagen de las jóvenes.

Vale aclarar que la preciada obra de arte no sufrío daños, pues está protegida por un acrílico transparente. Además, al parecer las manifestantes atacaron el cuadro justamente porque sabían de dicha protección, pues su intención no era dañar la pintura sino llamar la atención.

A raíz de lo sucedido, hacemos un recuento sobre otros recordados ataques a emblemáticas obras de arte.

Breve sumario

En mayo de este mismo año, La Gioconda sufrió el ataque de un “tortazo”, en el Museo de Louvre, París. El impacto de un queque sobre el vidrio protector del célebre retrato hecho por Leonardo da Vinci fue provocado por un hombre en silla de ruedas disfrazado de mujer, quien lanzó un mensaje ecológico: “piensen en la Tierra. Hay gente que está destrozando el Planeta”, expresó el manifestante.

La Gioconda no siempre estuvo protegida tras un cristal antibalas. En la década de los años 50, después de dos ataques importantes (uno con ácido y otro con un piedrazo) se decidió darle una protección extra a la obra.

En 1974, durante una muestra que llevó la obra a Japón, una mujer intentó pintarla con un espray rojo. En el 2009, en medio de una multitudinaria jornada de domingo en el museo parisino, un visitante le arrojó una taza de té.

Los ataques a La Gioconda se inscriben en una serie de atentados a obras de arte emblemáticas.

Por ejemplo, La Virgen y el Niño con Santa Ana y San Juan el Bautista, también de Leonardo da Vinci, fue dañada en dos ocasiones en 1962, cuando un pintor alemán arrojó un frasco de pintura contra la obra de en la National Gallery de Londres y también en 1987, cuando un hombre de 37 años, que quería protestar por la situación política de Reino Unido, entró al museo minutos antes de su cierre y disparó contra el cuadro, que una vez más quedó protegido por el cristal que lo resguardaba.

La libertad guiando al pueblo, del pintor francés Eugene Delacroix, fue dañada en el 2013 por una mujer que escribió un mensaje en el lienzo expuesto en el Louvre. “AE911″, escribió con marcador en la parte inferior del cuadro, cuyo significado se relacionó con una teoría de conspiración sobre los atentados del 11 de setiembre del 2001 en los Estados Unidos y una petición realizada por internet. La mujer fue detenida y como la inscripción era superficial se pudo borrar.

La Piedad, escultura de Miguel Ángel, fue vandalizada el 21 de mayo de 1972 cuando Laszlo Toth, un geólogo búlgaro residente en Australia, intentó decapitarla de un golpe seco con un martillo y, después de descargar diez golpes contra la nuca de la figura de la Virgen, comenzó a martillarle en la cara hasta que un bombero consiguió derribarlo.

El atacante justificó su acción como una orden recibida del cielo para restablecer la verdad acerca de la Madre de Dios, “que no existe, según decía, porque Dios es eterno”. La obra fue restaurada y el atacante pasó dos años internado en un centro psiquiátrico.

Black on Maroon, de Mark Rothko, pintado en 1958, fue dañado en el 2012 por un activista polaco que usó aerosol de grafiti y arruinó seriamente la obra. Los restauradores tardaron 18 meses en solucionar la mancha y volver a colgarla en la Tate Modern de Londres. En aquella oportunidad, para investigar con qué técnica limpiarlo mejor, los especialistas pintaron una réplica y tardaron nueve meses para identificar el disolvente adecuado para terminar con la inscripción.