Arte tico viaja a Panamá para hacer oír su voz irreverente

Cuatro artistas individuales y dos dúos participan en exposición regional

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

La ciudad de Panamá será durante un mes como un gran escaparate para ver, oír y escuchar y sentir lo que los artistas centroamericanos tienen que decir.

La VIII Bienal de Artes Visuales del Istmo Centroamericano (Bavic) congrega en el Museo de Arte Contemporáneo en la capital panameña a cerca de 45 creadores de Nicaragua, Honduras, Guatemala, El Salvador, Panamá y Costa Rica.

La delegación artística costarricense está conformada por 8 creadores en total: Álvaro Gómez, Roberto Guerrero, Elena Wen y John Juric, quienes participan de manera individual; y dos colectivos uno integrado por Paulina Velázquez y Travis Johns (Multifungi + VSLS) y el otro conformado por Carolina Parra y Xavier Villafranca.

Todos estos artistas fueron seleccionados en noviembre del 2011 por un jurado internacional que valoró en sus trabajos “una cuidada ejecución técnica y un mensaje sólido y coherente”.

La voz de los artistas ticos en Panamá se alza sobre temas tan variados como los conflictos limítrofes, la homofobia, la intolerancia, la soledad, la lucha por la vida y las relaciones de pareja, entre otros.

Sello nacional. La obra Mare Nostrum , de Álvaro Gómez, es un juego de mesa para dos personas en el que los participantes deberán sortear los conflictos políticos, económicos y xenofóbicos entre Nicaragua y Costa Rica.

Roberto Guerrero lanza una pregunta que es más bien una puñalada homofóbica “¿Por qué sos tan loca?” (frase escrita con cuchillos sobre una pared) para dar una respuesta insolente, políticamente incorrecta, pero sincera: “¡Porque me da la gana!” escrita con rosas de plástico incrustadas en la pared.

En su videoinstalación On & On & On' Elena Wen reta al espectador a saltar en el tiempo y el espacio gracias a una serie de juegos visuales plasmados en dos pantallas.

Con su instalación multimedia Silla de espera , John Juric retrata el drama de los pacientes con insuficiencia renal severa que deben someterse a un tratamiento de hemodiálisis para limpiar su sangre de toxinas mortales. Mientras esperaban a ser atendidos varios de estos pacientes ayudaron a elaborar los esténciles de vinil adhesivo necesarios para esta obra.

El colectivo Multifungi + VSLS conformado por Paulina Velázquez y Travis Johns invita al público a habitar un espacio que puede resultar incómodo, irreal y extravagante pero a la vez acogedor y familiar pues la instalación multimedia Raro cuestiona la noción de lo “natural” como normal. El público puede interactuar con unas extrañas criaturas entre vegetales y animales. Por su parte Coleccionista, de Carolina Parra y Xavier Villafranca, recrea la “guarida” de un personaje ausente pero que todos pueden conocer a través de su variopinta colección de objetos.

Los ticos exhiben sus propuestas al lado de reconocidos artistas del Istmo como Patricia Belli (Nicaragua), Jhafis Quintero (Panamá), Gabriel Vallecillo (Honduras), Luis Cornejo (El Salvador) y el colectivo La Torana (Guatemala).