Arte circense mejora vida de 15 jóvenes

Creatividad Lo aprendido en tres meses se mostrará en la comunidad, mediante un espectáculo creado por los participantes

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Jafet Brenes, de 16 años, daba con destreza sus primeros pasos sobre unos zancos tipo saltador (skyrunners), pero lejos de concentrarse solo en mejorar, sacó parte de su tiempo para ayudar a una amiga que seguía sus pasos con menos éxito.

Ese espíritu de solidaridad es el que sobreabunda en 15 niños y jóvenes del distrito de Los Guido, Desamparados, quienes desde hace dos semanas participan en un taller de artes circenses, como estrategia para alejarse de pandillas, las drogas ilegales y el alcohol.

“Desde hace mucho tiempo me dije que lo mío es el arte y el arte circense me enamoró (...) Cuando me abrieron la oportunidad (en el taller) lo primero que pensé fue en los diábolos”, aseguró Priscilla Araya, una de las participantes.

El taller de artes circenses, impartido por profesores de la escuela de clown Paraguas Rojo, es parte del Proyecto de Prevención de la Violencia Juvenil, de la Cruz Roja Juventud.

La idea del proyecto, que también incluye otros talleres y actividades deportivas culturales en Los Guido, es crear espacios de uso positivo del tiempo libre para los jóvenes. Otro punto en el que el proyecto pone énfasis, es lograr en ellos habilidades de liderazgo.

Según Silvia Ramírez, coordinadora del proyecto, el taller durará tres meses, luego de ese tiempo los participantes crearán un espectáculo, el que mostrarán en un espacio público en su comunidad.

“Logramos ver qué les interesa (a los jóvenes) y así indetificamos las artes del circo. Esto se suma a las actividades deportivas, porque no a todos los jóvenes les gusta el futbol, esta es una actividad más de esta lucha”, agregó Ramírez.

Muy motivados. Con muchas sonrisas, algunas bromas y sobre todo un gran espíritu de cooperación, los jóvenes recibieron el sábado su segunda clase de circo.

Con la ayuda de sus profesores Johan Arias (clown), José Valverde (malabarismo) y Gerson Delgado (malabarismo y zancos), los jóvenes daban su mejor esfuerzo y de paso sorprendían a sus tutores por el rápido aprendizaje.

Su entusiasmo y energía inagotable dejó ver que los muchachos disfrutaban lo que hacían y que estaban deseosos de más.

Uno de los que no se cansó de rebotar sobre unos zancos saltadores fue Dany Torres, de 16 años. Él aseguró que espera que el taller le ayude a tener un mejor futuro, en especial porque siente que encontró algo en lo que tiene talento.

Mientras que para Jafet Brenes, el taller es una de las mejores formas que pueden existir para aprovechar bien su tiempo, sin andar en la calle de “vago”.

Además Brenes espera con interés la hora de presentar el espectáculo para que en el barrio, para que vean que los jóvenes pueden lograr usar su tiempo sanamente.