Alejandro Rosemberg: “Ahora cualquiera pinta cualquier cosa y como en el arte vale todo, es aceptado”

El artista argentino es un destacado pintor realista, quien se encuentra en Costa Rica para impartir talleres y un conversatorio abierto al público

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Alejandro Rosemberg es un destacado pintor argentino, cuyas obras de arte han sido adquiridas por galerías como el Museo Nacional de Bellas Artes de Argentina y el Museo Europeo de Arte Moderno.

Actualmente, el artista de figuración contemporánea, se encuentra en el país para brindar talleres y un conversatorio gratuito en el Auditorio de los Museos del Banco Central, que se realizará el 20 de abril, a las 3:30 p. m.

Rosemberg conversó con La Nación sobre la tendencia artística en que se desempeña, la relación del arte con tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA) y su experiencia en Costa Rica.

―¿Cómo podemos entender o tener un acercamiento al concepto de figuración?

La pintura se divide en dos grandes ramas: la figuración y la abstracción. La abstracción es cuando no podés identificar ninguna figura o elemento concreto, ahí estamos hablando de un lenguaje abstracto, y ya cuando empezás a identificar los elementos, una figura, un caballo, una manzana, decimos que es figuración.

― ¿Cómo se adentró en la figuración?

Tenía una tendencia natural al realismo, lo disfruto muchísimo, no sé por qué uno nace con cierto gusto ya preconfigurado. Además, yo me crié en un ambiente donde había mucho arte y había realismo, en Córdoba (Argentina), que se caracteriza por tener una escuela de realismo fuerte.

―¿Cómo ha sido su experiencia en Costa Rica?

Desde Argentina siempre miramos a Costa Rica como una suerte de paraíso que todos queremos conocer, así que tenía mucha ilusión por venir, estoy muy contento. La gente ha sido muy cálida y amable, muy buenos anfitriones. Me queda totalmente pendiente conocer las costas que entiendo que es un punto clave, es una excelente excusa para volver muy pronto.

― ¿Cuál es el panorama del realismo ante otras tendencias más abstractas que se imponen en ciertos espacios?

No es la idea volver al pasado y negar el siglo XX, pero sí dar un poco de base más sólida, porque si no las artes caen en un lugar donde, por ejemplo, la gente va a un museo de arte contemporáneo y sale con esa sensación de ‘no sé, no entendí, no sé si es que yo no sé, pero no me gustó’.

Si un violinista no sabe tocar el violín es un desastre, se sube al escenario y le tiran papas, no sirve; pero cualquiera puede pintar cualquier cosa y como en la pintura todo vale, es aceptado. Para mí, es algo que hay que corregir y no quiere decir que el violinista tiene que tocar música clásica, puede hacer algo más contemporáneo, pero tiene que saber tocar el violín; la pintura quedó en ese vacío que se presta un poco a ser manipulado ya no por el arte, sino por el mercado del arte, que es otra cosa.

― ¿Qué impacto tienen las inteligencias artificiales que, con sus errores, recrean imágenes realistas?

Es un fenómeno tan novedoso que todavía no entendemos mucho cómo nos va a impactar. Si la pensamos como una criatura diríamos que está en el día uno de una larga vida, no sabemos a dónde va a llegar. Yo tiendo a pensar que hay que adaptarse a los cambios y que todo lo nuevo puede ser tomado como recurso, no nos tenemos que pelear con la tecnología.

― ¿Qué piensa respecto a las críticas hechas a la Inteligencia Artificial por ‘alimentarse’ de obras de artistas humanos sin contar con permisos?

Yo no tengo ningún problema, en el arte siempre estamos robando, entre comillas; nadie inventa la rueda, es como una cebolla que todos tratamos de agregar una capa nueva, cada vez más finita, toda la base está creada. No lo veo tanto como un problema, pero sí veo mucha agitación en las redes, gente muy nerviosa. Recordemos que ante cada cambio la sociedad se divide ante los que tienen miedo y los que lo ven bueno y quieren avanzar; por ahora no veo un peligro.