Abordar la tragedia por medio de la danza y la sutileza

Dura misión El coreógrafo Fernando Hurtado comenzó a trabajar en Las mariposas ya no viven aquí , obra que recuerda el holocausto judío

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Contar una historia que todos conocen es un reto importante para cualquier artista, pero llevar a la danza una tragedia como el holocausto judío fue, para Fernando Hurtado, un trabajo de reflexión y mucha sensibilidad.

Por eso, en escena, no se verá lo que cualquiera podría esperar: personas muertas o armas. Él más bien apela a la sutileza para contar una de las grandes tragedias de la humanidad y así crear Las mariposas ya no viven aquí.

La obra se presentará este 5 y 6 de noviembre, en el Teatro Nacional. En ella, participarán 50 artistas nacionales y ocho extranjeros, que participaron en su estreno en marzo en Panamá.

Acerca de este espectáculo y el proceso de audiciones que realizó esta semana en el país, Viva conversó con el artista.

Leí en su blog que para hacer este espectáculo visitó algunos de los campos de concentración. ¿Cómo realizó la investigación de la obra?

Cuando acepté el proyecto los productores estimaron que era importante e interesante que visitara algunos lugares, por lo que me enviaron a Polonia. Estuve visitando Auschwitz, el gueto de Varsovia y Majdanek durante tres días. Desde luego, me sirvió muchísimo porque, cuando estas ahí, las sensaciones son otras. A partir de ahí, hice la investigación en la forma que yo trabajo: con mucha documentación y lectura. Las mariposas ya no viven aquí tiene su título basado en un poema escrito por un niño en un campo de concentración; a partir de ahí todo comenzó a rodar.

¿Cómo lo marcó la experiencia de visitar esos sitios?

Nunca había estado ahí. Como todos, conocía la historia por toda la documentación que había caído en mis manos, sobre todo películas. De todos los sitios, Auschwitz me recordó un plató de cine porque está todo tan bien conservado, que, cuando llegas ahí, entiendes cómo se desarrollaba todo en el lugar; es algo muy fuerte. Estando ahí se dimensiona cómo fue que pasó todo y te inquieta la idea de que esos lugares se construyeron expresamente para liquidar un pueblo.

¿Cómo se lleva a la danza una historia como esta?

Lo que entendí es que se necesitaba que la gente entendiera qué fue lo que pasó. Había que tener un hilo dramatúrgico comprensible; por eso, represento todo el proceso: desde cómo vivía el pueblo judío antes de que todo pasara, dónde comenzó el ataque, la marcha a los guetos, qué pasaba en los campos de concentración y la liberación. Todo se cuenta a través de la danza y de la sutileza; en ningún momento hay un arma o un muerto, pues la situación es suficientemente dramática como para dramatizarla más. Hemos hecho nuestra versión basada en la idea de qué me gustaría ver a mí como público de esta historia y qué podría aportar como artista a esta historia. Lo importante de este trabajo es hacer conciencia de que esto ocurrió y que no puede volver a pasar.

¿Cómo estuvieron las audiciones en Costa Rica?

Fue curioso porque antes de las audiciones poca gente había dicho que iba a asistir, pero, al final, llegaron 150 personas.

“ Lo jodido de las audiciones es tener que decirle que no a mucha gente. En un inicio, la elección comenzó siendo física y, posteriormente, nos fijábamos si tenía experiencia en danza o teatro”.

Ya presentaron el espectáculo en Panamá ¿Qué pueden esperar los costarricenses de esta obra?

Les digo que no esperen nada. Pueden ir a ver un espectáculo para conocer un poco más sobre la historia o incluso para apoyar porque la mitad de la taquilla se destinará a ayudar a la Fundación Manos Abiertas. Por otra parte, creativa y artísticamente, si lees sobre el coreógrafo, el espectáculo y la gente que involucra, podría interesarles.