56 obras celebran legado de un mentor del arte tico

Exhibición repasa vida y obra de Francisco Alvarado, quien murió en 2001

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Versátil, innovador, curioso, libre, polémico, osado, pero, ante todo, perdidamente enamorado del arte.

El pintor costarricense Francisco Alvarado Abella (1929-2001) cumple 10 años de fallecido y una exposición en el Museo Nacional repasa su vasta trayectoria.

La muestra retrospectiva reúne 56 pinturas que repasan los diversos temas que el artista cristalizó en sus obras con una diversidad de técnicas pictóricas.

“Francisco Alvarado fue un artista muy versátil que se movió en múltiples direcciones y siempre le emocionaba experimentar con nuevas técnicas hasta el punto de llegar a dominarlas con gran maestría,” comentó María Enriqueta Guardia, quien realizó la curaduría de la muestra junto con Luis Paulino Delgado.

Según Guardia, la exposición comprende los principales temas presentes en las obras de Alvarado: bodegones, alegorías eróticas (en las que fusiona el cuerpo femenino desnudo con elementos de la naturaleza), paisaje doméstico, así como algunos cuadros de rasgos surrealistas y abstractos.

La primera sección titulada Bodegones reúne pinturas de frutas, fruteros, flores y objetos cotidianos. “A pesar de que este es un género bastante común dentro de la historia de la pintura, Alvarado reproduce estas escenas desde formas hiperrealistas hasta representaciones más abstractas en las que resta importancia a la similitud con el objeto real”, dijo Guardia.

Otra sección agrupa las obras en las que el artista plasma de manera poética la relación entre mujer y naturaleza.

“Uno de los temas recurrentes en su obra está arraigado a la sensualidad y se podrían catalogar como alegorías eróticas o metáforas de la tentación. El cuerpo femenino se entrelaza con flores, frutos para crear imágenes llenas de simbolismo y poesía”, afirmó la curadora.

La muestra dedica un apartado a una serie de obras que retratan escenarios íntimos o familiares en los que las cortinas sirven como elemento simbólico.

“La cortina oculta lo que sucede en el interior de un espacio doméstico, pero al mismo tiempo sus transparencias y sus movimientos despiertan la curiosidad por saber qué hay detrás”, declaró Guardia.

La curadora destacó también la gran riqueza visual en las obras de Alvarado. “Sus pinturas guardan una composición impecable y, además, se aprecian texturas, difuminados, veladuras, juegos de color y buen manejo de luces y sombras”.

La experta también destacó su faceta como docente: “Nunca fue egoísta para compartir sus conocimientos y por las aulas de la Escuela de Arte y Decoración, fundada por él en 1955, pasaron centenares de alumnos que hoy son grandes artistas”, comentó.

La muestra se exhibe en el espacio Casonas de los Comandantes.