E l Teatro Nacional ha jugado un papel protagónico para el campo teatral costarricense por el estímulo que ha producido en el surgimiento y desarrollo del sector, con aportes trascendentales como la circulación de espectáculos internacionales de alta calidad, el intercambio artístico con grandes figuras de la escena internacional, el apoyo a la producción teatral nacional y el impulso hacia la profesionalización de este arte en el país.
Desde su apertura, la excelencia en la construcción y dotación artística permitieron el desarrollo de eventos teatrales del más alto nivel internacional, lo cual le dio posibilidad a Costa Rica de ingresar rápidamente en los circuitos escénicos más importantes de América Latina.
El teatro, durante las primeras décadas del siglo XX, estuvo liderado por las compañías españolas, líricas y dramáticas, que realizaron giras permanentes. Sin embargo, las adversas circunstancias internacionales debilitaron este modelo de circulación obligaron a modificar las políticas culturales del TNCR para darle mayor incentivo a la producción nacional.
Estas actividades fueron el antecedente para desarrollar el interés por el arte teatral que se consolidaría en la segunda mitad del siglo XX en Costa Rica.
El inicio de 1950 marcó la etapa de nacimiento del movimiento teatral costarricense con la aparición de nuevos grupos de teatro estatales e independientes con mucho liderazgo, los cuales contribuyeron a convertir, a los decenios de 1960 y 1970, en los periodos de mayor protagonismo del teatro en este espacio, así como en el periodo de profesionalización e institucionalización de este arte en el país. La creación del Ministerio de Cultura, en 1971, también propició una transformación radical en la función social que jugaría la institución a través de la popularización de su gestión cultural. Esto hizo al TNCR uno de los más relevantes promotores y productores teatrales del país.
La década de 1980 comenzó con un periodo de crisis económica que obligó a una reducción significativa del gasto público impactando en el sector cultural. En este tiempo, la institución tuvo un papel fundamental de soporte económico para el movimiento teatral.
Además, en 1982, el Teatro fundó la Sala Vargas Calvo, sede para teatro de cámara.
El Teatro Nacional ha sido el reflejo y la concreción del imaginario social de los diferentes periodos de la historia costarricense. En su gestión están dibujados los valores propios de cada modelo de desarrollo asumido por el país. El recorrido por la programación teatral durante sus 120 años permite visualizar las interacciones entre la institución y el medio teatral costarricense, con sus aciertos y sus debilidades, así como evidenciar los grandes esfuerzos y las mejores iniciativas individuales y colectivas de las diferentes generaciones de creadores que han pasado por este escenario.
La autora es Máster en Artes Escénicas, actriz y directora de teatro.