Crítica de danza: Creadores emergentes

Esencial: Este trabajo apuesta a valorar el potencial expresivo del movimiento.

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El nuevo grupo de danza independiente Diez Rupias, que incursiona en la escena dancística nacional liderado por Camilo Regueyra, presentó el espectáculo Mantícora , el cual estuvo constituido por tres obras: Pie de limón, Yonkit y Cuello , la primera es un trabajo de Regueyra, en la segunda se hace acompañar por Bryan Chavarría y la tercera es una creación colectiva.

Esta nueva agrupación la integran los jóvenes bailarines Lina Valverde, Bryan Chavarría, Dyalá Fuentes y Regueyra, quienes, en esta oportunidad, apuestan al movimiento puro para expresar sus inquietudes.

Cada una de las obras del espectáculo habla de aspectos de naturaleza distinta, por esta razón le dieron el nombre de Mantícora , en alusión a una criatura cuyo origen proviene de la mitología persa y luego se integró a la cultura griega.

Al entrar a la sala, nos encontramos con un espacio vacío, en el cual los asistentes nos ubicamos libremente por doquier. La primera obra que presenciamos fue el solo Pie de limón , que contó con música en vivo ejecutada por Mariela Miranda en el clarinete. Con Pie de limón , Camilo Regueyra exploró las posibilidades técnicas de su cuerpo para dibujarnos imágenes antagónicas. Regueyra logró plasmar situaciones disímiles, que van desde la suavidad hasta el frenesí con buena proyección escénica.

Como segunda parte, vimos el cuarteto denominado Cuello , inspirado en una enfermedad de nuestra época: el alzhéimer. En esta propuesta, los cuatro bailarines demostraron un mismo nivel en la proyección, vigor y dominio corporal. Sin embargo deben trabajar más los segmentos unísonos para lograr mayor contraste en el diseño del movimiento. Sus variaciones en el espacio estuvieron enmarcadas por la música de Elektriktus.

Vale destacar que no siempre el vestuario de creación colectiva tiene sus mejores resultados y este caso no es la excepción. Aspecto que contrasta con el diseño para las obras Pie de limón y Yonkit realizados por Zeji by Linx, el cual sí aporta significativamente al discurso artístico.

Para cerrar, Bryan Chavarría y Camilo Regueyra crearon y escenificaron el dúo Yonkit , basado en otra figura mítica como es la del sátiro. En esta coreografía, el aspecto dionisiaco es el motivador para perfilar a los personajes que parecían salidos de un bacanal. Estos vigorosos sátiros, con sus acciones energéticas, abusaron de algunos de los presentes, los llenaron de vino y sudor para contagiarlos de su euforia.

Me agradó esta propuesta coreográfica que apuesta a exponer los temas mediante la exploración y experimentación del movimiento puro, sin apoyarse en otros recursos que, muchas veces, minimizan el poder del cuerpo.

Salvo en la escena del suelo durante Pie de limón , la luz, en el resto de las obras, fue efectiva y los olores que se anunciaron como parte de la composición no se sintieron con tanta fuerza.

No obstante, al finalizar la jornada, de casi una hora de intensos movimientos, todo el grupo se ganó un aplauso fuerte y prolongado por el intenso trabajo realizado.