Aunque fueron pocas las personas que asistieron a las primeras funciones de este viernes de Princesas rojas, los comentarios al salir de la función fueron bastante positivos.
“El guion está muy bien construido. Es su principal atributo. La ambientación está perfecta y el vestuario está muy bien”, dijo Cristibel Leandro, productora audiovisual. En su opinión, es una historia fuerte, que gusta y que impacta.
De hecho, lo es: contextualizada en los días de la Revolución Sandinista –que comenzó en 1979 y se extendió durante la década de los 80– la película autobiográfica narra una historia intimista que se lee, impacta y conmueve a través de los ojos de Claudia, niña que la protagoniza.
Para el estudiante Edward Alvarado, quien, como Leandro, asistió a la función de la 1:30 p.m. en Terramall, es una producción “muy profesional” en comparación con otras que ha visto.
“Como estudiante de Estudios Sociales, me dio curiosidad de verla y salí muy contento y muy pensativo. No deja cabos sueltos y describe muy bien lo que fue el sandinismo en Centroamérica”, expresó.
A esa sala solo asistieron seis personas, mientras que a la función de las 2 p.m. en el Mall San Pedro fueron 10. Una de ellas fue Jonathan González, ingeniero en sistemas que la consideró “un poquito larga” y con “situaciones que no se entienden muy bien”.
Ana González, estudiante universitaria que también vio esa película a esa hora, se limitó a decir “muy bonita la película; la recomiendo”.