Tintas y pasiones de una galaxia muy, muy lejana

Imágenes perennes demuestran que el frenesí por Star Wars no tiene límites. Viva recibió cientos de fotos y eligió 5 tatuajes con historias fuera de este mundo

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“Mae, ¿qué tan loco hay que estar para tener toda una manga tatuada de Star Wars ?”.

La pregunta ya se ha hecho tan común para Daniel Campos como lo sería, por ejemplo, un saludo de buenos días.

La respuesta también ha sido pronunciada demasiadas veces: “Loco no; fan”.

Bajo la tinta y la piel en realidad se esconde una historia mucho más enternecedora de lo que cualquiera sospecharía.

“Todo empezó porque cuando estaba chiquitillo mi abuelo, que ya falleció (hace ya dos décadas), siempre me regalaba figurillas de Star Wars. Me gustó, y los tatuajes son un tributo hacia él”, reconoce.

Darth Vader fue el primer personaje en instalarse en su brazo derecho. De seguido, se le unió Boba Fett (tatuaje ganador de mejor realismo en la Paradise Tattoo Convention 2016).

Su tatuador, Samuel Obando, luego le incorporó un tie fighter (caza) para relleno y en el Ink Fest del año pasado en Panamá, le agregó a Darth Maul, personaje por el que ganaron los premios a mejor realismo y tatuaje de la convención.

El tatuaje de Kylo Ren también se quedó con el segundo lugar en realismo de otra convención en Costa Rica (cuyo nombre Campos no recuerda), mientras que el Capitán Phasma y los stormtroopers instauraron su ejército en la Expo Chiriquí, en Panamá, para otro primer lugar en la misma categoría.

A Campos y al artista les tomó un año para poder completar la obra y ya solo quedan pendientes algunos detalles de color.

“Es bastante el sacrificio, pero no tanto la plata, sino como las horas y el dolor. El Kylo tomó dos días seguidos. Para el segundo ya estaba maltratado, con el brazo inflamado, pero había que hacerlo”, admite Campos.

“Cuando me monto en el bus, siempre hay gente que me ve raro. Mi abuela me regaña, me dice que parezco un maleante. Pero usualmente la recepción es buena y los tatuajes son bonitos, están bien cuidados y a la gente le gustan mucho”, agrega.

Melissa Valdivia y su esposo, Rónald Romero, son otros de los ticos que idearon la manera de plasmar en sus pieles una historia de amor a través de Star Wars.

Cuando se conocieron, hará unos cuatro años, él era fan de la saga, pero a ella no le atraía mucho. Empero, con el pasar del tiempo se tornó en una pasión compartida.

En diciembre del año pasado decidieron sellar su promesa de amor: ella se tatuó a la Princesa Leia en la pierna y él, a Han Solo en el brazo. A los dos personajes los une el legendario diálogo: “I love you” (Te amo) y “I know” (Lo sé).

“Es una historia sentimental, un recuerdo que nos va a acompañar para toda la vida”, dice Valdivia.

Nueva esperanza. Andrés de León aún conserva vívido el recuerdo del día en que su padre, colmado de emociones, lo llevó al cine a ver El Episodio I: La amenaza fantasma . Ese día se despertó en aquel niño una curiosidad y una pasión que perduran hasta hoy y que lo acompañarán hasta el final en su piel.

En su brazo viaja cada día con el Padmé Amidala, la madre de Luke Skywalker y, por demás, su personaje favorito.

Ahora sueña con añadir a Darth Vader, la Estrella de la Muerte y los cruceros imperiales. “Quiero hacer un collage de todo”, dice.

“Gracias a Star Wars pude encontrar lo que yo quiero hacer en mi vida: quiero ser artista conceptual y ya estoy a medio camino. Al redescubrir Star Wars ya mayor y ver las películas con un poco más de consciencia, me despertó la curiosidad de cómo llegaron a esos personajes, cuál fue el proceso creativo”, confiesa.

Para Marco Guillén, Star Wars también ha sido fuente de inspiración. “Es la lucha de una sola persona contra todo un imperio. Son muchas las adversidades y, al final, logra su cometido. Esa conexión me gustó mucho”, comenta.

Aunque tiene varios tatuajes en su cuerpo, nunca había considerado hacerse uno tan grande como el que hoy lleva en su pecho. Empezó con la Estrella de la Muerte, luego le agregó el espacio, después vino la nave de Luke Skywalker y, por último, la de Darth Vader y otras naves imperiales.

Guillén notó que el lado izquierdo de su pecho quedaba muy descubierto y así le surgió la idea de unir elementos de la saga némesis, Star Trek.

“Dije: ‘¿por qué no hacer una combinación de ambos mundos? Los dos están basados en el Universo y los viajes interestelares, pero a diferencia, Star Trek no tiene un héroe como Luke Skywalker, sino que es una búsqueda constante de nuevos descubrimientos”, explica. “No lo veo como una pelea, simplemente me encantan ambas historias”.

Alejandro Rojas, por su parte, se tatuó a Darth Vader en su brazo derecho por lo que el personaje representa. “Es el villano favorito mío. La vida de él empezó mal, mejoró y después terminó mal. Era el elegido, pero la historia de él es muy triste: por amor y por odio terminó siendo malo”, explica.

Luego le surgió la idea de dividir su cuerpo en el Lado Oscuro y el Lado Luminoso, así que se estampó a Yoda en una escena de Episodio II: El ataque de los clones en el brazo derecho.

“Ahí está el proyecto, pero se requiere tiempo y dinero. En el lado de Darth Vader, qué sé yo, tal vez poner una Estrella de la Muerte o una de las naves imperiales; y del lado de Yoda, el Símbolo de la Alianza o una nave o a Arturito (R2-D2)”, dice.

“Soy seguidor de la saga desde que era un niño. Yo nací en los 70 y al ver cómo la saga ha evolucionado y ha ganado admiradores, es inevitable ser fan”, afirma.