Superhéroes en los cómics: Defensores de las barras y las estrellas

En tiempos de guerra, superhéroes como el Capitán América, la Mujer Maravilla, el Tío Sam, Superman y el Iron Patriot llegaron para combatir a los enemigos de su país y convertirse en símbolos de unión, esperanza y coraje para sus compatriotas

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Llevar la bandera en el pecho no es solo una metáfora para los superhéroes del cómic; mucho menos para sus creadores y sus más conservadores fanáticos.

El estreno del filme Capitán América: El soldado del invierno , que llegará mañana a la cartelera nacional, nos devuelve a las raíces del más icónico héroe del patriotismo estadounidense.

Aunque no necesariamente comparten la misma casa editorial ni la época en la que surgieron, algunos de sus colegas coinciden en la pasión por defender la justicia y los ideales de la sociedad norteamericana: la Mujer Maravilla, El Tío Sam, Superman y Iron Patriot.

El Capitán América nació en medio de la Segunda Guerra Mundial, cuando la sociedad estadounidense estaba sedienta de símbolos que le permitieran exaltar la esencia de su nacionalismo.

Los creadores del personaje, Joe Simon y Jack Kirby, consideraron que esta historieta constituye su gran contribución con la sociedad en momentos de crisis.

“Los opositores de la guerra están muy bien organizados”, mencionó Kirby. “Nosotros también queremos aportar nuestra parte”, agregó el ilustrador.

Esta fue su respuesta al discurso Arsenal de Democracia , pronunciado a finales de 1940 por el entonces presidente Franklin Delano Roosevelt para motivar a los ciudadanos a colaborar con las fuerzas aliadas mediante donaciones económicas, de alimentos o de armas.

El primer número del Capitán América se publicó tan solo cuatro meses después de este llamado, en marzo de 1941. En su primera portada, el personaje –dotado de fuerza sobrehumana– da un puñetazo en la cara al mismísimo Adolfo Hitler.

1938

Superman Periodista (DC comics)

1940

Capitán América soldado (Marvel comics)

1941

Mujer Maravilla Enfermera de guerra (DC comics)

1941

Tío Sam Soldado ( Quality Comics, ahora DC comics)

2009

Iron Patriot Teniente de la Infantería de Marina (Marvel comics)

De esta forma, la historieta de Kirby y Simon se anticipó y luchó contra los alemanes nueve meses antes de que Estados Unidos se implicara de manera directa en el conflicto militar. La trama antinazi y los relatos bélicos convirtieron a este superhéroe en uno de los mayores éxitos de Marvel Comics durante los años restantes de guerra.

“El cómic funciona en la medida en que es una industria del entretenimiento. Funciona como herramienta fundamental de difusión ideológica”, explica el filólogo y profesor de la Universidad de Costa Rica, Melvin Campos.

La historieta del Capitán América relata las hazañas de Steve Rogers, un joven de de clase baja , hijo de inmigrantes. Él soñaba con unirse a las fuerzas militares para combatir al tercer Reich, pero su cuerpo era demasiado débil y escuálido como para enlistarse.

Su deseo de servir a la patria fue tomado en cuenta por un general del ejército, quien le ofreció la oportunidad de participar en el Programa de Supersoldados. Así fue como se sometió a un experimento científico que tuvo como resultado un asombroso mejoramiento físico que lo convirtió en el hombre perfecto para el ejército.

“Steve Rogers (Capitán América), además de reflejar al esterotipo de la juventud americana, provee una mirada única sobre lo que representaba ser un patriota durante la Segunda Guerra Mundial”, destaca el historiador y antropólogo Timothy Boyer, de la Brigham Young University, en Utah.

Tras el final de la guerra, este ejemplo de coraje y de entrega comenzó a perder popularidad, pues muchos ciudadanos estaban cansados del conflicto y querían a los soldados de vuelta en sus hogares.

Por ello, la última aventura del Capitán América fue en 1945. Marvel lo trajo de vuelta dos décadas después, en momentos del conflicto de Vietnam, en el que sin embargo no participó como soldado.

Herencias de la guerra. En 1941 también nació la Mujer Maravilla, otro personaje ícono del patriotismo estadounidense. Diana Prince –su nombre “de civil”– trabajaba como enfermera del ejército, y como superheroína combatía también a los nazis, entre ellos a la Baronesa Paula Von Gunther y a Gundra la Valquiria.

Pese a ser originaria de la Isla del Paraíso, su traje la identifica como estadounidense. Por eso, el nuevo disfraz que DC Comics reveló en el 2010 fue ampliamente criticado, pues el diseño de Jim Lee sustituye las alusiones a la bandera por unos pantalones negros, en medio de un intento por consolidar una imagen global, menos centrada en Estados Unidos.

“El traje original de la Mujer Maravilla, que prácticamente grita América a través de las barras y las estrellas que cubren el corpiño, fue producto de la inspiración patriótica en la Segunda Guerra Mundial”, apunta Fox News .

Otro de los personajes con evidente orgullo estadounidense es el Tío Sam, inspirado en el símbolo nacional que aparece en la proganda estadounidense que se distribuyó en la Primera Guerra Mundial.

La adaptación para las historietas es obra del guionista y dibujante Will Eisner, una de las mayores instituciones del cómic, de acuerdo con Campos. El llamado Espíritu de América apareció por primera vez en julio de 1940 en el National Comics #1 .

Inicialmente se presenta como un soldado que fue inmolado durante la guerra de independencia, y que reaparece como un espíritu cuando su país lo necesita.

El Tío Sam estuvo presente en momentos críticos de la historia estadounidense. Primero, se presentó en vísperas de la Segunda Guerra Mundial junto a su ayudante, el Chico Americano. Para 1941 ya tenía su propio cómic, pero se descontinuó dos años más tarde.

El personaje fue retomado en 1973 durante la guerra de Vietnam, cuando DC Comics reunió a los héroes de épocas anteriores. Reapareció a finales de los 90, y una vez más a raíz de los atentados del 11 de setiembre. Sin embargo, sus reapariciones no son perdurables.

“Es el héroe propagandístico más terrible que existe, y por eso no duró”, opina el filólogo Campos.

Superman, por su parte, constituye un símbolo de cohesión para la cultura norteamericana, pese a que proviene de otro planeta.

Nació en 1938, un año antes de que estallara el conflicto que dividió al mundo en dos bandos, pero no se quedó al margen. “En la Segunda Guerra Mundial, Superman adoptó mayor significado conforme el país marchaba hacia la guerra. Brindaba inspiración mientras se combatía al mayor villano que el mundo hubiera visto. Superman peleó contra los nazis mucho tiempo antes del que el gobierno de Estados Unidos les declarara la guerra”, asegura el Examiner .

Sin embargo, en el 2011 el superhéroe decidió renunciar a su ciudadanía estadounidense, cansado de que lo utilicen como instrumento político. Según Campos, esto sucede porque “el propio mundo del cómic va haciéndose autocrítico”.

El patriota moderno. El gusto por las tramas militares no acabó con el paso de los años. Muestra de ello es el interés de las casas de cómics por incluir nuevos personajes relacionados con la defensa estadounidense.

En 1979, Marvel lanzó la Máquina de Guerra (James Rhodes), un aliado de Iron Man que luchó en la guerra de Vietnam. Dos décadas después, asume la armadura del Iron Patriot para hacer frente al terrismo, con los colores blanco, azul y rojo y una estrella en el pecho, similar a la del Capitán América.

Para Campos, el relanzamiento del personaje revela el afán de Marvel por demostrar que Estados Unidos sigue siendo el mejor país del mundo.