Serge Nicolai:’Hacer ‘Olmo & the Seagull’ fue un acto esquizofrénico’

El actor Serge Nicolai habló sobre su experiencia en Olmo & the Seagull , filme danés que, de forma singular, pisa los terrenos de la ficción y el documental

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Entre la realidad y la ficción: así viaja, sorprende y seduce Olmo & the Seagull (2014), una producción híbrida que el Costa Rica Festival Internacional de Cine estrenará mañana viernes, en el Teatro 1887.

En la aplaudida cinta danesa, de Petra Costa y Lea Glob, el espectador entra en el mundo realista de Olivia Corsini y Serge Nicolai, dos actores que comparten dos terrenos en la vida: la pasión por las tablas y su vida de pareja.

En la película, ambos recrean cuando estaban ensayando el montaje de la obra clásica La Gaviota , de Antón Chéjov, pero se ven contrariados por un hecho inesperado: van a ser padres.

Nicolai, en persona, narró cómo fueron esos momentos vividos en carne propia y contó a Viva cómo fue el proceso de transformarlos en un singular y apasionante experimento fílmico.

En sus propias palabras, ¿de qué trata Olmo & the Seagull ?

Es la vida de mi mujer antes, durante y después del embarazo. Es un momento importante en la vida de las mujeres, ya que cambia muchas cosas y nosotros los hombres no lo vivimos igual.

”En la cinta hablamos de eso e incluso del aborto. La posibilidad de abortar o no y muchas cosas al lado del embarazo”.

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¿Para usted que es Olmo & the Seagull? ¿Un documental? ¿Una ficción? ¿Qué es?

Es una especie de documental que a la vez es ficción.

”Es así porque, como actores que somos, estamos actuando nuestra propia vida y tocando nuestras propias intimidades. Es muy particular, porque es una visión artística no cotidiana, ya que no es un filme sobre una persona que trabaja en un restaurante; somos actores actuando de nosotros mismos. Eso es lo particular”.

¿Cómo fue el proceso de filmación de la película?

Está claro que la historia nos pasó a nosotros. Es real, Olmo es nuestro hijo y La Gaviota la obra que trabajamos en el momento en el que Olivia quedó embarazada.

”Sin embargo, con un estilo documental-ficción, recreamos todo ese pasaje en la película. Pero eso sí, la historia se hizo durante unos dos años, por intervalos y sin guiones escritos, no fue un proceso de rodaje tradicional; improvisamos mucho o casi todo”.

En esas circunstancias, ¿cómo se escribió el guion del filme?

La directora (Petra Costa) nos entrevistaba sobre nuestra propia vida al punto de saber todas nuestras intimidades. Luego nos preguntaba si eso lo podíamos grabar y, finalmente, lo rodábamos improvisando los diálogos.

¿Cuando surgió la idea de filmar ese episodio de sus vidas? Me refiero al embarazo.

Nosotros nos conocimos con Petra y decidimos hacer una película. Al principio queríamos hacer algo similar al libro La señora Dalloway , de Virginia Woolf. Es decir un día en la vida de una mujer.

”Pero luego Olivia se embarazó y pensamos que ya no podíamos continuar con el proyecto. Sin embargo, Petra nos dijo: ‘el día La señora Dalloway serán los nueve meses de Olivia. Y ahí empezamos a trabajar”.

Para usted, como actor, ¿cómo fue emocionalmente interpretar un personaje de sí mismo?

Hacer esta cinta fue un acto esquizofrénico. Al principio yo me protegí bajo la capa de la actuación y todo bien. Pero, poco a poco, el personaje, que soy yo, hizo que toda la protección se derrumbara. Fue más fuerte que yo.

¿Qué hizo entonces?

Decidí no tener miedo de hablar de mi vida, de mi intimidad. De no protegerme y simplemente dejarme llevar. Dije: ‘voy a improvisar y simplemente revivir ese momento’.

”Claro que fue extraño, porque era mi vida y, al mismo tiempo, había que actuarla tomando en cuenta que había una cámara, sonido y la palabra acción.

Y al ver su vida reflejada en la pantalla, ¿qué experimenta?

Siempre me gana la emoción. Es que nuestra vida está ahí, hablamos de nuestro hijo y eso toca nuestra sensibilidad. Es algo que no puedo controlar.

Luego de la cinta, ¿cambió en algo su relación con Olivia?

Nos unió más. Nosotros tenemos nuestra intimidad de pareja, nuestras intimidades individuales y la intimidad como actores.

”Si bien es cierto ya habíamos trabajado juntos como actores, esta vez fue distinto ya que el embarazo no fue fácil, pudimos haber perdido el niño y eso lo estábamos reviviendo en el plató”.

Al recrear su historia, ¿hubo discusiones o diferencias de cómo sucedieron las cosas?

Por momentos sí (se ríe). A veces discutíamos. Hay una escena en la que elegimos el nombre de nuestro bebé y yo recuerdo que yo fui el que lo escogí, pero Olivia en cambio dice que fue ella. Momentos en el que nos preguntábamos: ‘¿fue así?’.

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¿Qué gana el espectador con este experimento fílmico? ¿Qué nueva sensación podría experimentar al verlo?

En el filme hay una transposición. Los espectadores pueden tomar el papel de involucrarse mentalmente con nosotros o simplemente ser espectadores en un viaje por la vida de dos personas.

¿Y a nivel emocional? Qué comentarios ha recibido...

La gente se ve muy tocada por la película. Eso es evidente, pero lo más interesante es que se muestran tocados de una forma muy positiva, con muy buen energía. Es decir, nosotros nos convertimos para la gente en un vehículo de esperanza y eso es interesante.