Sala Garbo estrenará en Costa Rica Amour , de Michael Haneke

Retrato de la vejez En este aclamado filme, un infarto impacta la vida de una pareja de ancianos. Michael Haneke es el artífice del intenso drama

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El impacto fue directo y poderosamente arrasador: Michael Haneke estremeció al mundo con el drama Amour ( Amor , 2012), una durísima, tierna y profunda historia de amor, que la Sala Garbo devela a partir de mañana en San José.

Los honores para esta historia, sobre el deterioro físico en la tercera edad y su impacto sobre una pareja de esposos son asombrosos: un Óscar y un Globo de Oro a mejor película extranjera; un César a mejor filme del año y la Palma de Oro de Cannes son solo parte de su glorioso palmarés.

Esas coronas son apenas equivalentes al 9,4 de promedio que, según el sitio metacritic.com, le brinda la crítica mundial a un filme calificado de “inteligente”, “obra maestra”, deslumbrante”, “paralizante y extraordinariamente emotivo”.

Medios como The Hollywood Reporter , The New York Times y Entertainment Weekly s on solo algunos de los prestigiosos medios que cayeron a los pies de Haneke y el drama matrimonial de Georges, encarnado por Jean-Louis Trintignant, y Anne, personaje que le mereció a Emmanuelle Riva una nominación a la estatuilla dorada.

Viviendo en París y con 80 años de edad cumplidos, Georges y Anne son dos profesores de música clásica que están pensionados.

“Un día, Anne sufre un infarto. Al volver del hospital, un lado de su cuerpo está totalmente paralizado. El amor que ha unido a la pareja durante tantos años se verá puesto a prueba”, dice la sinopsis oficial de la película.

Con la situación planteada, la cinta construye un relato sobre el misterio del dolor humano, el trance emocional de asistir la enfermedad de un ser querido y de paso ser testigo de una lenta agonía.

“En nuestra vida, en nuestra familia o en nuestro círculo más próximo de amigos hemos visto sufrir mucho a alguien a quien queremos y es muy duro tener que verle pasar por ello. Ese era el punto de partida del filme”, dijo Haneke el año pasado, durante el Festival de Cannes.

Para Haneke, el objetivo de retratar dos ancianos era claro, hacer un filme que proyectara una etapa de la vida por la que todos debemos pasar.

“Hubiera sido posible hacer el filme sobre una pareja cuyo hijo de 30 años muere de cáncer, pero hubiera sido diferente, porque el cáncer es un destino individual, no global. En cambio, el que planteo es uno al que todos tendremos que enfrentarnos en algún momento de la vida”, agregó Haneke.

Para Riva, quien gracias a su trabajo en la cinta de Haneke se convirtió en la actriz más longeva en ser nominada a un Óscar, Amor significó cambiar esquemas dramáticos y plantearse una reivindicación cinematográfica.

Según el diario electrónico La Opinión , de Los Ángeles, Riva fue protagonista de la cinta Hiroshima Mon Amour (1957), película de 1959 que pone en la palestra el relato de un amor imposible.

“Por eso, en Amour hago uno de los papeles más bonitos de mi vida. En la película, el amor es posible, se lleva a cabo hasta el final”, reseña Riva en La Opinión.

“Es maravilloso haber recibido un regalo como este a mi edad. El guión excepcional, un director excepcional, es algo que casi no existe, es muy raro”, agrega.

Para cerrar el círculo familiar de Amour, Isabelle Huppert encarna a la hija del matrimonio (Eva), quien se convertirá en la testigo principal del drama amoroso.

Empeño. Trintignant es uno de los actores favoritos de Haneke y es claro que a toda costa el cineasta quería trabajar con él.

De hecho, el guion de Amour fue escrito para Trintignant y el cineasta austríaco lo acepta: “Es un increíble ser humano y no conozco a muchos actores que lo sean. Siempre ha sido uno de mis actores favoritos, tiene ese misterio de no saber exactamente qué tienen dentro, muy poco actores lo tienen”.

El trabajo de Trintignant estuvo muy por encima de las expectativas y esperanzas del director, así como el de Riva: “Fue increíble lo que dieron al filme”, asegura Haneke.

Para lograr un sentimiento de intimidad y profundidad en la historia, decidió situar el filme en la casa de los protagonistas y no en un hospital, donde según él muere la mayor parte de la gente.

Además, la casa en que se ambientó el filme no fue cualquiera, sino que se trató de una copia exacta de la que tenían los padres de Haneke en Viena, de clase media alta. La idea era que la película eliminara cualquier problema social que distrajera del tema principal.

“Quería mostrar ese dolor, esa pena, que es igual para todos, independientemente del dinero que poseas”, aseguró el cineasta.