Oliver Stone compró los derechos de un thriller político sobre el exanalista de inteligencia Edward Snowden, escrito por su abogado Anatoli Kucherena.
El director de cine estadounidense ya tenía previsto dirigir una película sobre las revelaciones de Snowden, relativas al espionaje llevado a cabo por su país. Lo iba a hacer adaptando un libro del periodista de The Guardian, Luke Harding, uno de los que informó primero de los secretos filtrados por el exanalista.
"Los derechos de mi libro han sido concedidos a Oliver Stone y al productor Moritz Borman", declaró Kucherena.
El abogado agregó que Stone "se reunió conmigo, pero no con Snowden", quien difundió documentos que indicaban, entre otras cosas, que la agencia estadounidense de inteligencia NSA desarrolló y utilizó a gran escala programas para piratear información de millones de ordenadores.
Kucherena detalló que su libro, El tiempo del pulpo, "será publicado más adelante".
Kucherena, uno de los abogados más mediáticos de Rusia, pudo mantener una reunión con el joven durante el mes que pasó en el aeropuerto moscovita de Sheremetyevo, el año pasado.
El letrado, al que se considera cercano al Kremlin, ayudó a Snowden a obtener asilo político en Rusia, y desde entonces ha ejercido de portavoz suyo.
"Me impregné de su estado emocional, me transportó a otro mundo", declaró el abogado, refiriéndose a Snowden.
Según Kucherena, Snowden hizo "lo correcto, algo honesto".
"Es una persona escrupulosa que oyó los eslóganes estadounidenses y las declaraciones sobre los Derechos Humanos, pero luego vio que lo que ocurría en la realidad era un poco diferente", agregó.
"Intenté entender cómo logró algo así, desafiar a un país tan poderoso", afirmó.
"El lector decidirá: ¿qué es más importante, nuestras vidas privadas o la lucha contra el terrorismo por todos los medios posibles?", declaró el abogado.
Otro proyecto cinematográfico sobre el caso Snowden está siendo preparado por los productores de la saga James Bond, Michael Wilson y Barbara Broccoli.
Los estudios Sony anunciaron haber comprado los derechos de un libro escrito por otro periodista, Glenn Greenwald, sobre las revelaciones de Snowden.