Ojo abierto: Que la tele lo encarcele

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Buen prospecto. José Manuel Chinimba Rojas es uno de los ingresos más divertidos a la televisión en años. Futbolista destacado en sus años mozos, empresario y profesor en su madurez, es también un ampo de anécdotas sabrosas, un punto de vista muy particular de la experiencia del deporte y de la vida misma, digamos que de una vida aventurera, para no complicar las cosas, es decir, que está llena de experiencias para compartir en la televisión.

El señor llegó a la tele con voz enérgica, de acento un poco grosero, casi prepotente, que fue cultivada a suerte de ruleta rusa, donde ahora se siente libre de toda pose, pues ha sido tantas veces pobre y tantas veces rico, que el dinero solo tiene ya su sentido de utilidad, y ha sido tantas veces señalado y admirado, que ya la confusión alrededor de su buen nombre no lo inquieta. Superadas las aguas turbulentas, su figura atrayente llega a la pantalla y atrae con su simpatía, lo cual siempre es buen signo.

Así es, los domingos, a las 8:30 p. m., llega el análisis y la polémica a Deportivas del 13 , del Sinart, donde está la figura de Chinimba haciendo de las suyas en el programa deportivo, porque la tele es muy aburrida sin esa tensión propia de su naturaleza y, en formato de diálogo cruzado, donde las figuras en pantalla interactúan para hablar de fútbol, su silla debe ser preferencial.

El acuerdo de conversación del programa está clarísimo. Todo el mundo tiene su propia opinión, pero es más valiosa cuanto más vibrante y más divertida, por eso hay un esfuerzo en la forma de decir las cosas, siempre que sea con respeto y nunca con la idea de estar todos de acuerdo. Es curioso, porque en otros buenos programas de ese tipo, como Zona Técnica , de canal 7, muchas veces buscan el consenso, cuando ni al público ni a los participantes del futbol les importa un bledo lo que piensen los de la tele, porque ellos hacen lo que quieren, sea al final o sea al principio.

O bueno, a Zona Técnica le gusta y le sale bien, pero estos otros no temen discernir, lo cual es genial. En fin, ahí la figura de Chinimba , sobresaliendo porque él sabe lo que es discutir para atacar y defenderse. Obviamente no está solo y todos los demás tienen una participación activa e interesante, pero en este caso, la novedad de la tele me hace centrar mi interés en él.Un día lo vi en entrevista con Juan Luis Hernández fuertes en canal 42 y me quedé prendido por su espíritu de conversación. Cuenta las cuestiones más duras de su vida con un sentido de serenidad, hasta de humor, que es cautivador. Ese día decía: “Nací de una madre soltera, que en los años 50 era más grave que ser sátiro”.

O cuando dice con resignación que la gente no le perdonaba ser exconvicto; historia de la cual un día escribirá un libro para contar “toda la verdad” de su caso' entre mil historias más.Para nuestro interés, Chinimba es como figura en el panel deportivo, un catálogo de clasificación para el estudio de una personalidad creativa: fuerte confianza en sí mismo, alta capacidad de asociación, finura de percepción, capacidad intuitiva buenísima, mucha imaginación, gran capacidad crítica, intensa curiosidad intelectual y, lo mejor, se expresa con soltura y libertad, con entusiasmo, con profundidad y tenacidad. Es decir, esté uno o no de acuerdo, su opinión me importa. Y eso es trascender. Eso es televisión.

Yo espero que encuentre la tele como un foro natural de su personalidad expresiva, porque este gladiador es un titán que necesita un foro a la altura de su talento comunicativo.