Murió Víctor J. Flury, filósofo, crítico de cine y articulista de ‘La Nación’

El intelectual argentino, afincado en Costa Rica, fue un referente de la apreciación cinematográfica. Tenía 86 años de edad

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

El escritor y crítico de cine Víctor J. Flury falleció el martes 18 de abril, según confirmó su exesposa Carmen Ubaldini.

La mujer comentó que Flury falleció debido a complicaciones derivadas por la covid-19. Él tenía 86 años.

Flury fue padre de un solo hijo, Mathías Flury Ubaldini, quien vive en Estados Unidos y está viajando a Costa Rica para despedir a su papá.

Sobre las honras fúnebres, la exesposa del escritor y quien se ha encargado de los trámites comentó: “Se decidió cremarlo. Él quería que lo cremaran. No va a haber ninguna actividad porque su deseo era que sus cenizas fueran esparcidas”.

Desde hace más de un año el escritor, quien fue crítico de cine en La Nación y además articulista de la página 15, vivía en un centro para adultos mayores, pues tiempo atrás había sufrido un derrame cerebral, comentó Ubaldini.

Como matrimonio, Víctor J. Flury y Carmen Ubaldini llegaron de Argentina a Costa Rica en 1977. Desde entonces se quedaron viviendo en este país.

En Costa Rica, además de ser crítico de cine, el destacado filósofo escribió varios títulos, entre ellos Cuentos de la Patria Grand, La brigada anti-esperanza, Licencia para vivir y Días de cine.

Asimismo, en los últimos años se dedicó a dar cursos particulares sobre cine y filosofía, al menos así lo hacía en el 2014, cuando se publicó en este medio la semblanza Víctor Flury, testigo en las sombras.

Un tipo a quien le preguntaban cosas

En una entrevista realizada por el periodista y exeditor del suplemento Áncora Víctor Hurtado, Flury respondió varias preguntas que dejaban clara su esencia. Hurtado lo definió esa vez como “un personaje clave en la cultura costarricense”.

Él siempre tuvo una certeza: sabía quién era.

“Soy esa clase de tipo a quienes los demás le preguntan cosas. Siempre contesto: es un acto reflejo más, de mi saber o no; y es lo que a fin de cuentas me define. Cualquiera diría que hay muchos yos dentro de mí, lo que me tiene sin cuidado”, dijo en esa ocasión.

Nació en San Jorge, al oeste de Santa Fe, en Argentina. Cuando llegó el momento dejó su pueblo para estudiar filosofía en La Plata. Siempre admiró a sus mentores.

El cine le gustó desde antes, cuando era un infante que vestía de pantalones cortos.

“En un pueblo chico, sin demasiados atractivos, yo tenía dos pasiones: el fútbol, excepto en las horas de clase, y el cine los domingos. Me gustaban las películas cómicas: Laurel y Hardy , Luis Sandrini , el celuloide...”, contó en la entrevista del 2014.

“Podía escribir de cualquier tema”

Guiselly Mora, editora de la sección de Opinión de La Nación, conoció bastante a don Víctor, a quien describe como un intelectual.

Mora recuerda que fue a partir del 2015 cuando se conocieron. Él le envió un correo en el que comentaba que, tras un tiempo retirado, estaba listo para volver a colaborar con este diario.

“Él estaba como en un estadío, como que había encontrado algo que había buscado toda su vida. Vivía en tranquilidad”, recordó la editora, quien dice que aún cuando él sufría alergias, vivía con mucha serenidad.

La relación laboral entre Mora y Flury se mantuvo por tres años, en los que ella cuenta que aprendió mucho de él.

“Teníamos conversaciones cada 15 días en las que me contaba cómo se sentía, de qué iba a escribir. Fue un hombre de pensamiento profundo. Un intelectual. Leía muchísimo. Podía escribir sobre cualquier tema. Recuerdo un artículo en tiempos de la campaña en la que Fabricio Alvarado se enfrentó a Carlos Alvarado y Víctor Flury escribió sobre lo que significaba hablar en lenguas (...)”, recordó.

La editora resaltó que un personaje maravilloso en la vida de Flury era su hijo Matías, persona que siempre le apoyó y estuvo a su lado.

Cuando don Víctor se fue a vivir a un centro de adultos mayores en Escazú, Mora llamaba constantemente para saber cómo se encontraba el crítico y escritor. Siempre le decían que bien. En diciembre, además. le contaron que Flury era el alma de la fiesta del lugar.

Un humanista

Luis Carcheri, director del cine Magaly, fue gran amigo de Víctor Flury, por ello, honró su memoria con recuerdos de aquellos momentos en los que compartieron.

“Junto a Víctor faltó poco para que en sabrosas conversaciones y apoyados en el corolario de muchas películas, afición que compartíamos, arreglásemos el mundo, aunque en realidad no creo hayamos estado muy cerca. Extrañaré eso”, mencionó.

Carcheri confió que cuando tenían alguna consideración diferente sobre una película, él era quien terminaba con “un corto circuito”, pues Flury siempre aportaba un argumento que a don Luis ni siquiera le había pasado por la cabeza.

Su sencillez y vasta cultura no necesariamente son atributos que propiciaban que fuera buen crítico de cine o de la literatura. Aquello solo son instrumentos.Lo que hace la diferencia, el hilo conductor en él fue (en presente) su indudable humanismo... su visión humanista de la vida”.