Muere embajador canadiense que inspiró la película 'Argo'

Algunas proezas de Taylor en Irán en 1979 fueron representadas en la película de Hollywood Argo.

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Toronto

Ken Taylor, el embajador de Canadá en Irán que ocultó a estadounidenses en su residencia durante la crisis de los rehenes de 1979, ha muerto. Tenía 81 años.

La esposa de Taylor, Pat, informó que Ken murió el jueves después de dos meses con cáncer de colon.

Taylor mantuvo a los estadounidenses ocultos en su residencia y en el hogar de su asistente, John Sheardown, en Teherán durante tres meses. Ayudó a que escaparan al conseguirles boletos de avión y persuadir al gobierno de Ottawa a que emitiera pasaportes falsos.

Nacido en 1934 en Calgary, Taylor fue homenajeado como héroe por ayudar a salvar a los estadounidenses, una operación clandestina que tuvo apoyo total del gobierno del primer ministro canadiense Joe Clark. En un mensaje en Twitter, Clark calificó a Taylor como un héroe canadiense y un valioso amigo.

Ken Taylor was a Canadian hero & a valued friend. Maureen & I are deeply saddened to learn of his death & offer condolences to Pat & Douglas

— Rt. Hon. Joe Clark (@RtHonJoeClark) octubre 15, 2015Algunas proezas de Taylor en Irán en 1979 fueron representadas en la película de Hollywood Argo, de 2012. Sin embargo, el exdiplomático y otros sintieron que la cinta minimizó la participación que tuvieron él y Canadá.

La esposa de Taylor dijo que éste fue diagnosticado con cáncer en agosto y que amigos de Canadá, Estados Unidos y otras partes lo visitaron en el Hospital Presbiteriano de Nueva York, donde fue tratado.

Ella dijo que el legado de Taylor fue su generosidad. "Él realizó todo tipo de cosas para todo el mundo sin ninguna expectativa de recibir algo a cambio", dijo a The Associated Press en una entrevista telefónica. "Es por ello que ocurrió ese incidente en Irán", comentó.

"No hubo ninguna vacilación al respecto. Él simplemente siguió adelante y lo hizo. Su legado es que dar es lo importante, no recibir. Eso es lo que hizo con todos sus amigos".

Los seis diplomáticos estadounidenses habían logrado escapar cuando su embajada fue invadida en 1979. Pasaron cinco días movilizándose para esconderse y luego se refugiaron en la embajada canadiense durante los siguientes tres meses. Taylor aceptó de inmediato recibirlos sin consultar con el gobierno de Canadá.

La CIA consultó con funcionarios canadienses sobre cómo organizar un rescate, y Canadá dio autorización para que se les proporcionaran pasaportes canadienses falsos a los diplomáticos.

La muerte de Taylor generó amplios comentarios positivos en su memoria. "El embajador Taylor se ganó el agradecimiento perdurable de Estados Unidos —y se le concedió la Medalla de Oro del Congreso— por su valor e ingeniosidad para albergar a seis ciudadanos estadounidenses atrapados en Irán luego de la toma de la embajada estadounidense en Teherán el 4 de noviembre de 1979 y, a la postre, por asegurar su regreso seguro", dijo en un comunicado el embajador de Estados Unidos ante Canadá, Bruce Heyman.

"Las acciones valerosas del embajador Taylor ejemplifican la naturaleza perdurable de la relación especial entre Estados Unidos y Canadá", agregó.

El primer ministro canadiense Stephen Harper dijo que le entristeció enterarse de la noticia.

"Como embajador de Canadá ante Irán durante la Revolución Iraní, Taylor arriesgó valientemente su propia vida al proteger de la captura a un grupo de diplomáticos estadounidenses", señaló Harper. "Ken Taylor representaba lo mejor de lo mejor que puede ofrecer el servicio exterior de Canadá".

Aunque las acciones de Taylor se hicieron famosas en la película Argo, que ganó el premio Oscar de 2013 a la mejor cinta, el exdiplomático y otros dijeron que se sintieron menospreciados por los realizadores. Él indicó que ésta hizo parecer a Canadá como un tímido observador de la heroicidad de la CIA.

Amigos de Taylor se indignaron cuando Argo fue estrenada en el Festival Internacional de Cine de Toronto en 2012. La nota final original de la película decía que Taylor recibió 112 menciones y reconocimientos por su trabajo en la liberación de los rehenes, y sugería que no los merecía porque la película termina con la decisión de la CIA de permitir que Canadá obtenga el reconocimiento de haber ayudado a escapar a los estadounidenses.