Mario Giacomelli sobre ‘Gran Turismo’, en Apple TV: Es publicidad por partida doble

Un típico cuento de triunfo, basado en hechos verídicos, es la excusa para promover un popular videojuego y una marca de automóviles

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Un videojuego muy popular es el origen de Gran Turismo: de jugador a corredor. Esta producción de Columbia Pictures, valorada en $60 millones y exhibida en pantallas gigantes de formato IMAX, debería deleitar a los amantes del automovilismo; aunque no necesariamente a los amantes del buen cine.

Detrás de las cámaras se encuentra el sudafricano Neill Blomkamp, recordado principalmente por su primer largometraje en el hito de ciencia ficción Sector 9 (District 9, 2009). El talento de Blomkamp está desperdiciado en lo que es una escuálida operación comercial... y poco más.

Gran Turismo es una película concebida con meros fines publicitarios, como un largo spot extendido que promueve dos productos de principio a fin; de manera incesante, casi en cada escena, abierta y descaradamente.

En efecto, se trata de una campaña de publicidad por partida doble que ya está disponible para streaming en Apple TV.

---

El juego es el héroe

El primero artículo promocionado es elGran Turismo del título, tan omnipresente que se convierte en el verdadero héroe de la función.

Es un juego de carros para PlayStation, tan realista que sus creadores lo definen como un simulador de carreras. Ya vendió millones de ejemplares y posiblemente venderá muchos más, gracias a esta película-spot.

El argumento gira alrededor del juego mismo. Un ejecutivo de marketing (Orlando Bloom) tiene la brillante idea de realizar un concurso entre usuarios de Gran Turismo. Los mejores pilotos virtuales del mundo serán elegidos para participar en competencias verdaderas, después de recibir un breve entrenamiento formal.

Es aquí donde entra en escena el segundo artículo publicitado: una poderosa marca japonesa de automóviles, que financia el proyecto. De pronto, el nombre y el logotipo de la compañía aparecen en cada encuadre, siendo reproducidos en vehículos, cascos, uniformes y estandartes.

Estructura por niveles

El asunto del concurso suena como un disparate, pero está basado en una historia verídica. Hubo efectivamente un joven inglés llamado Jann Mardenborough (Archie Madewke), quien encabezó un equipo de campeones de Gran Turismo y saltó de la consola a las pistas de verdad.

El suyo es un típico cuento de triunfo: un sujeto subestimado, quien logra alcanzar el éxito con sus propias fuerzas. Es este el mayor estereotipo del género deportivo, el más trillado de todos. Se repropone aquí al pie de la letra.

Además, la narración sigue un patrón de retos (un cronograma de competencias que culminan en el circuito de Les Mans, Francia), lo cual recuerda justamente la estructura por niveles de un videojuego.

El elenco está plagado de altibajos. Algunos intérpretes sobreactúan a más no poder, otros no actúan del todo. El único que parece encontrar un punto de equilibrio es David Harbour (de la teleserie Stranger Things), quien resulta creíble en el rol de entrenador.

Impacto limitado

El impacto de las secuencias de acción es muy limitado. Hay un abuso de recursos utilizados de manera mecánica y repetitiva. Tiene un montaje acelerado y planos cortos, alternando con tomas aéreas imposibles, realizadas por drones aparentemente fuera de control.

El resultado es más caótico que espectacular. Como es tristemente costumbre, las escenas de accidentes mortales representan los únicos momentos de emoción, en medio del tedio general.

Por cierto, cabe señalar la torpe ligereza con que los autores abarcan la muerte “colateral” de un espectador, involucrado en un percance. Sería razón suficiente para cancelar el irresponsable experimento, pero en pantalla luce como un simple contratiempo.

Es un pequeño tropiezo en el camino del campeón, un remordimiento tenue que se olvida en un santiamén, en medio del chirrido de las llantas sobre el asfalto y las duchas de champaña.

El impacto de las secuencias de acción es muy limitado, con recursos utilizados de manera mecánica y repetitiva. El resultado es más caótico que espectacular.

Gran Turismo: de jugador a corredor

Dirección: Neill Blomkamp.

Reparto: Archie Madewke, Orlando Bloom, David Harbour, Geri Horner.

Duración: 134 minutos.

Origen: Estados Unidos, 2023.

Género: Deportes-Acción.

Calificación: 4.