No hay actor en Hollywood que no sueñe con esa estatuilla de oro. Ese hombrecillo de 34 centímetros de estatura y casi cuatro kilos de peso define, como casi ninguna otra cosa en el mundo, la carrera de los profesionales de la actuación.
Los nominados al galardón de este año forman un grupo heterogéneo; tan dispar como talentoso, tan clásico como inesperado. De los cinco candidatos, cuatro debutan en la carrera por el máximo honor hollywoodense; el otro es Bradley Cooper.
Cooper es un veterano cuando se trata de esperar a que los presentadores anuncien al ganador. Su tercera nominación consecutiva al Óscar como mejor actor lo coloca en un grupo selecto, integrado por apenas 20 actores que han realizado la gesta. De no conseguir el galardón, Cooper ingresaría a una minoría aún más reducida: de esos 20, apenas ocho no consiguieron el premio en su tercer intento y tuvieron que esperar un año más.
Nuevos en el club. Puede que no haya nominación más sorpresiva, en toda la ceremonia, que la de Steve Carrell.
Esto no se refiere a que su trabajo haya sido malo; todo lo contrario: la crítica ha aplaudido a rabiar su papel en Foxcatcher . Luego de una carrera como comediante, el salto de Carrell al drama ha sido notorio, al punto de valerle la primera candidatura de su carrera al Óscar de mejor actor principal.
Otro debutante en la carrera es Benedict Cumberbatch, el nuevo británico favorito de Estados Unidos. El protagonista de The Imitation Game es lo más parecido a las invasiones británicas de antaño, cuando oleadas de artistas ingleses se ganaban el cariño y el respeto del público estadounidense. Cumberbatch es una oleada por sí solo: tras conseguir éxito en televisión, teatro y cine, pretende ahora coronar su carrera con el Óscar.
Los dos favoritos, sin embargo, son Michael Keaton y Eddie Redmayne, este último por su rol como Steven Hawking en La teoría del todo .
Keaton, por su parte, interpreta a un actor que intenta recuperar su carrera artística luego de alcanzar el éxito interpretando a un superhéroe y luego quedar atrapado en papeles mediocres, algo que guarda similitudes con la carrera del propio Keaton.