Les apasiona el cine y quisieran tener más tiempo para disfrutarlo. Agendas apretadas les impiden volverse locos con la cartelera y asistir a las salas de proyección.
En eso coinciden los 13 candidatos a la presidencia de la República, quienes además confiesan su afición por los filmes políticos, la comedia y la acción.
Casi a todos les gusta el cine costarricense, y se inclinan por películas como Gestación , de Esteban Ramírez, Eulalia , de Óscar Castillo, y las producciones de Hernán Jiménez, como El regreso .
Eso sí, a juzgar por sus preferencias, entre quienes aspiran por ocupar la silla más codiciada de Zapote existe una mínima afición por los filmes alternativos. De hecho, solo José María Villalta, del Frente Amplio, se acordó de mencionarlos.
Además, un tema que divide a los candidatos es el famoso proyecto de la Ley de Cine, que actualmente navega en la corriente legislativa sin llegar a buen puerto.
A un grupo de los aspirantes, una futura ley le parece más que necesaria, otro grupo la desconoce por completo y, por último, hay un trío de políticos que critica con fuerza el proyecto.
Los argumentos de los detractores apuntan a que el proyecto de ley “mercantiliza” el arte cinematográfico y también que es dañino para el público y los empresarios de la industria. Para ellos, habría que modificar el proyecto o incluso cambiarlo por otro.
A pesar de sus diferencias, los candidatos en pleno prometen que, si en febrero resultan favorecidos por los electores, lucharán para impulsar la producción nacional. Eso sí, ninguno mencionó propuestas concretas.
El cine nacional es “educativo”, “necesario” y “bueno para el país”, dicen. Estos fueron algunos de los argumentos que usaron los postulantes para defender férreamente lo que se produce en Costa Rica.