Julio Hernández: ‘Polvo es una película con la que me cuesta convivir’

Festival de Toulouse El cineasta guatemalteco Julio Hernández Cordón habla sobre un filme que lo tocó profundamente y su forma de trabajar

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La película Polvo, de Guatemala, dejó una buena impresión en Toulouse: se llevó el Gran Premio de en los 25° Encuentros de la Fundación Cinélatino con su narración de la posguerra guatemalteca.

El realizador Julio Hernández Cordón habló con Viva acerca de una película que le afectó hondamente y le presentó múltiples retos.

¿Cómo nació la idea para el filme Polvo?

Una antropóloga me contrató para hacer un documental acerca de la tristeza y la organización de las mujeres indígenas que buscan a sus desaparecidos. Vi que sus hijos eran contemporáneos míos y eso me afectó bastante, porque me di cuenta de que en Guatemala la guerra no fue la misma para todos.

”El rodaje de ese documental fue muy intenso para mí: escuché cosas que me afectaron, comparé realidades y me cuestioné mi relación con mi familia. Me molestó el hecho de grabar a alguien e irme a dormir a mi casa y ver la tele, mientras a una persona en la noche se le aparecían sus demonios”.

¿Cuáles temas deseaba analizar en la obra?

La paternidad, el grabar o documentar la intimidad del otro y la relación que se genera cuando la cámara se apaga; la posguerra, el perdón y la venganza.

¿Por qué los personajes principales son documentalistas?

Porque fue mi excusa para contar una historia que no me corresponde: la historia de un hombre indígena en la posguerra. Lo más cómodo es retratar el espacio donde uno no ronda o se mueve. Quise evitar eso y comprometerme más con la historia.

Aunque ahora siento que hubiera sido una mejor película si solo se tratara del mundo indígena. Es una conclusión que saque durante la edición, porque de esa forma mis preocupaciones durante el montaje habrían sido sólo narrativas o de realización.

¿Cuáles fueron los principales retos durante la realización?

Quería hablar de las emociones, de emociones que no se pueden explicar con palabras y de las heridas de una guerra que a nadie le importó realmente. Es una película en la que yo estoy presente y eso no lo trabajé de la mejor forma, porque terminé cortando, editando o autocensurando. Por otro lado, la película se rodó en un momento complicado, pues me congelaron el dinero de Ibermedia debido a la falta de los pagos por parte del Gobierno de Guatemala a dicha institución; entonces, en un día, tuve que reducir el presupuesto y planificar el rodaje en menos tiempo, ya que nos cortaron el dinero un día antes de empezar el rodaje.

También en ese momento estaba separado de mi esposa: no tenía la energía de siempre. En las mañanas no quería hacer la película, quería ir a buscar a mi familia. Al poco tiempo regresé con ella.

Polvo se aleja mucho de la técnica y la trama de Las marimbas del infierno. ¿Qué las acerca? ¿Qué relación hay entre ambas obras?

Para mí, estas películas son ensayos de lo que quiero hacer en la siguiente historia; son como laboratorios o “demos”, pruebo cosas diferentes; los presupuestos son muy pequeños, por lo que me animo a ser muy flexible: no tengo nada qué perder.

”Persiste la improvisación y les pido a mis actores que sean ellos mismos, pero yo les pongo la situación y algunas reacciones. No uso el guion durante el rodaje. La edición se hace sin guion también, entonces se reinventa o reescribe la película. Procuro retratar los demonios de un país como Guatemala y muchas acciones suceden fuera de cuadro.

”Esa es la similitud con Marimbas. Pero con Polvo quise narrar la historia con el lente telefoto y esconderme de esta forma de mis actores, que no se dieran cuenta del crew para crear cierta intimidad”.

Cuando hablaba con los actores mi crew no escuchaba mis indicaciones debido a la distancia y eso me dio mucha intimidad. Con Marimbas también usé el telefoto pero con Polvo la distancia se multiplicó.

¿Qué representa para usted el premio de Toulouse?

No sé. Polvo es una película con la que me cuesta convivir por muchas razones. A lo mejor, hay personas que creen que es importante que cuente historias.

–¿Cómo describe el panorama actual del cine de Guatemala? ¿De la región?

–Prefiero no entrar en detalle. No tengo suficiente información y no comparto muchas ideas que tienen mis colegas en Guatemala, eso no quiere decir que no los respete. El cine en la región va de la mano con la tecnología; si la tecnología se abarata, se hacen más películas, sobre todo en Guatemala, donde no hay apoyo estatal y privado.