Por Alexánder Sánchez
Julio Hernández
Cineasta
Usted mencionó que la película se terminó rápido por su “ansiedad” y por ser una cinta de “bajo presupuesto”, pero en eso, ¿tuvo que ver la sorpresiva invitación a Róterdam?
Sí, también ayudo qué nos invitaron a Róterdam. Era en enero y lo alucinante es que nunca enviamos la película para ser considerada.
Entonces, ¿cómo llegó la película a Róterdam?
Un invitado del Costa Rica Festival Internacional de Cine recomendó la cinta y tuvimos que correr con la postproducción para llegar a tiempo.
”Para mi esto es un sueño, no tendremos que estar tocando puertas para estrenar la película en ningún lado”.
¿Está satisfecho con el resultado en pantalla?
Muy satisfecho. Es una película muy particular y ese es su valor. Es una película que enriquece mi filmografía.
¿Qué tal fue trabajar con Adriana Álvarez y Natalia Arias?
Me fascina que las chicas o cualquier persona sé autogestione. Que hagan viables sus ideas. Con las chicas volvería a trabajar, igual qué con Nicolás Wong (director de fotografía) y con la mayoría del crew.
¿Qué puede esperar la gente de esta película? ¿Pretende lanzar algún mensaje social o no necesariamente?
Es una película que retrata a dos chicas que viven en un país qué socialmente está mejor que muchos, pero al mismo tiempo expone que a pesar de eso es complicado convivir con uno mismo y con sus demonios.
”Es una historia en la que las chicas no dependen de ningún hombre o no giran alrededor del mundo masculino y eso pocas veces se ve”.