Joaquin Phoenix, junto al Joker, darían el golpe y se robarían el Óscar

A como pinta el panorama solo Batman podría evitarlo. El actor estadounidense, con su destacada y retorcida representación del payaso terrorista, es el gran favorito para alzar la estatuilla a mejor actor principal

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Es bien repetitivo y hasta un poco cansado decirlo: Joaquin Phoenix es el gran favorito. Pero ¿cómo no argumentarlo?, si aparte de que Phoenix conquistó por unanimidad a la crítica y dejó perpleja a la audiencia con su retorcida representación del Joker, todos los eventos de la temporada de premios lo coronaron sin chistar.

Ganó el Globo de Oro, el Bafta, el SAG y y todo lo que usted pueda imaginar. Por eso, la categoría de mejor actor principal parece tener el nombre del actor ya escrito, dejando a Antonio Banderas (Dolor y gloria), Leonardo DiCaprio (Había una vez en Hollywood), Adam Driver (Historia de un matrimonio) y Jonathan Pryce (Los dos papas) como simples espectadores.

The Hollywood Reporter resumen bien las razones por las que nadie podría arrebatarle el galardón: En Joker "Phoenix pinta con su propia sangre la famosa sonrisa del maníaco, lo que hace que esta cruda entrega del canon DC merezca la pena. Es el dolor que imprime a un personaje patéticamente desfavorecido” lo que eleva esta interpretación al olimpo.

Ni DiCaprio, que en Había una vez en Hollywood hace alarde de un carisma más que sobresaliente y saca la espuela de viejo zorro de la Academia, podría con un Phoenix más que genial.

“DiCaprio sería el único que podría pelearle a Phoenix algo. Pero hay que ser claro, es un duelo perdido, con ínfimas esperanzas de revertirse”, publicó Chigago Tribune.

La cuarta será la vencida.

Si todo sale según lo esperado, Phoenix ganaría el primer Óscar de su carrera fílmica luego de ver frustradas esas aspiraciones en el 2001, 2006 y 2013. En el primer intento, el actor intentó bañarse de gloria con su papel de Cómodo, el emperador romano que hizo la vida imposible a Máximo (Russell Crowe) en el Gladiador.

En esa ocasión, Phoenix estaba nominado como mejor actor de reparto, pero perdió la contienda con Benicio del Toro (Traffic) y salió con las manos vacías.

En el 2006, Phoenix volvió a la carga gracias a su rol de Johnny Cash, el cantante de música country en En la cuerda floja (Walk the Line). Al final, en la rama de mejor actor principal, fue derrotado por Philip Seymour Hoffman, estrella del filme Capote.

Su último intento, antes de meterse en la piel del Joker, fue con The Master. En ese filme, Phoenix dio vida a Freddie Quell, un importante colaborador de la cienciología que termina muy confundido con los métodos y las motivaciones de la famosa secta. En esa ocasión, el actor finalmente terminó con las ganas de ganar el Óscar por culpa de Daniel Day-Lewis, que se impuso con Lincoln.

Los puntos a su favor.

Para al fin conquistar el Óscar y olvidarse de sus anteriores desilusiones en la gala más esperada del año, Phoenix cuenta con fuertes elementos que lo impulsan a lo más alto, aparte de su impecable interpretación y los antecedentes en la temporada de galardones.

Uno de ellos sería la predilección que tiene la Academia por premiar a villanos, tal como lo hizo con Anthony Hopkins en El silencio de los inocentes (1991) y Marlon Brando con El Padrino (1972). Recordemos, incluso, que esta sería la segunda vez que la interpretación del Joker sería premiada en los Óscar, pues de forma póstuma Heath Ledger obtuvo la estatuilla por encarnar a el payaso en El caballero oscuro.

Además, los papeles en los que la locura juega también son bien valorados por la Academia, tal como sucedió con Peter Finch, en Network (1976).

“Es que eso es lo que me gusta. Esos papeles retorcidos, oscuros. Son los mejores”, comentó William Venegas, crítico de cine de La Nación.

Para terminar de catapultar a Phoenix está el mensaje que porta su desequilibrado papel. Se trata de una denuncia política contra el sistema y la exclusión social, que en muchas ocasiones termina exponiendo y desgraciando la vida de poblaciones vulnerables. Básicamente la idea que transmite es que convertirse en un loco desequilibrado, con ínfulas de terrorista, no es algo que se origine de gratis.

Los contendientes de Phoenix

-Leonardo DiCaprio

En Había una vez en Hollywood, DiCaprio encarna a Rick Dalton, un actor que teme perder relevancia en el cambiante universo hollywoodense.

-Adam Driver

En Historia de un matrimonio, el actor encarna a un hombre que entra en crisis, pues está en proceso de divorcio de su esposa.

-Jonathan Pryce

La interpretación de Jorge Bergoglio, en Los dos papas, no pasó inadvertida para la Academia. Fue poderosa y realista.

-Antonio Banderas

El cineasta en decadencia, Salvador Mallo, es a quien da alma y vida el actor español en Dolor y Gloria, de Pedro Almodóvar.