Genocidas de Indonesia recrean y celebran sus actos en documental

Revivir la muerte Aclamado documental The Act of Killing sigue las vidas de criminales de guerra que nunca fueron procesados

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Anwar Congo tiene 72 años y siempre amó las películas. En los años 60, trabajaba en la boletería de un cine. También fue uno de los fundadores de la Juventud Pancasila , grupo paramilitar que participó en el genocidio de un millón de personas. Hoy, Congo es un héroe.

El documental The Act of Killing , del director estadounidense Joshua Oppenheimer , acompaña a Congo y a sus amigos en un retorno a los crímenes que cometieron – por los cuales nunca fueron juzgados–.

Con una serie de perturbadoras secuencias, los asesinos recrean la forma en la cual mataron a presuntos comunistas durante el opresivo régimen de Suharto, en 1965. Congo mató a 1.000 personas, pero el Nuevo Orden que gobierna el país impuso su forma de justicia . Es decir, ellos ganaron.

En The Act of Killing , los asesinos reviven sus métodos de matanza con maquillajes y trajes al estilo de películas de detectives o en coloridos musicales. En una escena, Congo recuerda cómo mató a decenas de personas con alambre en una terraza... justo antes de ponerse a bailar porque lo hace feliz.

The Act of Killing ha recibido alabanzas de la crítica, que destacan su experimentación y su valor.

Ante el mal. Oppenheimer realizó el filme entre el 2005 y el 2012, con ayuda de directores locales. Como Congo y sus amigos siempre soñaron con ser estrellas de musicales y westerns , los documentalistas encontraron que esa era la forma de mostrar su crimen.

“Las atrocidades acerca de las que escuchábamos, y verlas recreadas ante nuestras cámaras, hizo fácil mantener distancia”, aseguró Oppenheimer en comentarios enviados a Viva .

“Las historias eran tan espantosas que nunca olvidamos por qué estábamos allí: para exponer a un régimen de impunidad que permite que tales atrocidades sean celebradas”, agrega.

Para Oppenheimer, lo más complejo fue seguir viéndolos como seres humanos y no como monstruos, a la vez que mantenía la cercanía necesaria para que confiasen en él.

“El filme expone el vacío moral y cultural que se hace inevitable cuando dependemos del sufrimiento de otras personas para nuestra supervivencia. La película pone un oscuro espejo ante Anwar, la sociedad de Indonesia y todos nosotros”, dice el director.

Una forma de comprender cómo entienden los criminales sus actos es mostrándoles el material grabado. En varias escenas, se confronta a los protagonistas con sus acciones del pasado, pero no consiguen aceptar que estuvieron mal.

Según Oppenheimer, también se intenta destacar que los países occidentales permitieron el genocidio y nunca fustigaron a Indonesia por la impunidad que reina hoy. “Indonesia es celebrada como una democracia islámica moderada – un modelo a seguir por los países de la Primavera Árabe–”, se queja el cineasta.

“Intento exponer el régimen de impunidad; Anwar está tratando de huir de su dolor. Ambos proyectos están en tensión, y esa tensión es, de algún modo, el motor de todo el filme”, explica Oppenheimer.

Para su creador, The Act of Killing no es un exorcismo, puesto que no hay liberación: ni se confiesa ni se acepta el crimen. Para el espectador, es el horror mismo.