Festival de Cannes levanta el telón mirando el cielo

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Cannes, (DPA) Si las cenizas del volcán islandés Eyjafjalla lo permiten, la alfombra roja del Festival de Cannes no quedará deslucida mañana por la ausencia de invitados en la inauguración de la 63 edición del certamen francés.

Organizadores y miles de acreditados de prensa y de la industria están pendientes de las pequeñas partículas volcánicas en el cielo, las que podrían impedir que aterrizaran a tiempo Ridley Scott, Russell Crowe y Cate Blanchett, director y protagonistas de “Robin Hood”, la película que levantará el telón del más prestigioso de todos los festivales de cine.

Y para entonces Cannes tendrá un aspecto completamente diferente al caos que hoy se puede observar: camiones de mudanza, operarios, cajas y herramientas se entremezclan entre los primeros curiosos.

Hace tan sólo unos días, unas fuertes olas destruyeron gran parte de las terrazas en la playa que todos los grandes hoteles tienen montadas, conocidas sobre todo por los asiduos a las fiestas nocturnas. Hoy los operarios se apresuraban a terminar las reparaciones.

Cannes ha convertido en una tradición no montar hasta el último día la alfombra roja por la que desfilarán todas las estrellas. Esos 24 escalones, que hoy se ven insulsos y tristemente desnudos, se convertirán durante los próximos 12 días en el epicentro del certamen: las instantáneas que allí se tomen, darán la vuelta al mundo.

Lo que sí se puede ver ya son los enormes carteles promocionales de películas pendientes de estreno que cuelgan en alguno de los grandes hoteles. Desde la última planta del hotel Carlton, la seductora mirada de Angelina Jolie (“Salt”) vigila todo lo que sucede en el paseo marítimo.

La entrada del hotel ha sido tomada por la nueva entrega en 3D del maestro del terror M. Night Shyamalan (“The Last Airbender”), mientras que sobre una de las palmeras cuelga la imagen de un Russell Crowe concentrado y tensando el arco en “Robin Hood”.

Las aventuras del noble caballero antes de convertirse en leyenda se perfilan como un nuevo taquillazo, todo lo contrario de lo que ofrece la sección oficial, que ha programado en competición a numerosos cineastas de prestigio que jamás contarán con la popularidad que conlleva el sello Hollywood.

Ese es el caso, por ejemplo, de varios de los cineastas que compiten por la Palma de Oro como el tailandés Apichatpong Weerasethakul o el húngaro Kornél Mundruczó, figuras ensalzadas en los circuitos de festivales.

Pero en la sección competitiva, a la que ayer lunes se sumó el último trabajo del británico Ken Loach con “Irish Route”, concurren en total 19 trabajos con una única representación hispana, “Biutiful”, del mexicano Alejando González Iñárritu y protagonizada por Javier Bardem.

Este año la presencia de Hollwyood se reducirá a las propuestas fuera de concurso como lo nuevo de Woody Allen (“You Will Meet a Tall Dark Stranger”) o la secuela de “Wall Street” que ha rodado Oliver Stone, también con Michael Douglas al frente del reparto.

Pero nadie hace ascos a Cannes, sea de donde venga la invitación. Este año dos estrellas establecidas en la meca del cine como Kirsten Dunst y James Franco se rodearán del halo de prestigio conlleva estrenar en la localidad de la costa francesa, aunque sólo sea el corto que cada uno ha dirigido.

El que sí se niega a ir a Cannes es el ministro de Cultura italiano, Sandro Bondi, quien -según señalan los medios- está en contra de la proyección en el certamen francés del documental “Draquila”, sobre la gestión que el primer ministro Silvio Berlusconi hizo tras el terremoto de L'Aquila, en abril del año pasado y en el que murieron 150 personas.

Cannes no rehuye la polémica y seguro que la de la película italiana no será la única que levante ampollas antes de que Tim Burton entregue la Palma de Oro el próximo 23 de mayo.