Este jueves se estrena ‘Gravedad’: el filme de Alfonso Cuarón que tiene ‘babeando’ al mundo

Con el beneplácito de la crítica y un fuerte olor a Óscar, Alfonso Cuarón llega a los cines ticos con una obra de inigualable belleza visual. En el filme, dos astronautas quedarán atrapados en el espacio y los espectadores en las butacas

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe
Ver más

asanchez@nacion.com

Más allá del terror, que inevitablemente conlleva quedarse flotando y a la deriva en el espacio, la cinta Gravedad ( Gravity , 2013), ha dejado al mundo boquiabierto, sorprendido y en estado de vértigo cinematográfico.

La nueva apuesta de Alfonso Cuarón, que se estrena hoy en los cines ticos, es simplemente un hervidero de emociones intensas.

Excelentes críticas, taquilla récord en Estados Unidos y las mariposas en el estómago de quienes se ven deleitados por su trama y componente visual, colocan a Gravedad como una de las joyas fílmicas del 2013 y como un claro favorito para llevarse el Óscar.

En Gravedad, George Clooney interpreta al desenfadado astronauta Matt Kowalski, quien se encuentra realizando su último vuelo espacial. Durante su misión, el científico prueba una nueva mochila- jet , que le permite flotar plácidamente en el espacio.

Pero no está solo, lo acompaña Ryan Stone (Sandra Bullock), una ingeniera que en su primera misión carga una simbólica maleta, quizá algo más pesada, porque la lleva en su memoria.

Ambos serán los únicos sobrevivientes de un terrible accidente, que los deja dando volteretas a la deriva en el terrorífico y misterioso vacío espacial.

La misión parecía rutinaria, pero una lluvia de basura espacial alcanza la nave y ocurre el desastre. Se trata de lo que en la vida real se conoce como el síndrome de Kessler, en el que todo residuo abandonado en el espacio órbita a una velocidad increíble por el espacio.

Coescrita por el mexicano Cuarón y su hijo de 31 años, Jonás, el atrapante thriller llegó el 4 de octubre a las salas comerciales del mundo, y, desde entonces, se ha convertido en una mina de oro y el blanco de halagadores comentarios: $200 millones en solo semana y media son la prueba del aplastante éxito.

Con prolongadas secuencias de una sola toma, cámaras en primera persona y una impresionante fotografía, el pánico en la voz y en los ojos de los protagonistas contrasta con los lentísimos movimientos de la gravedad cero. En definitiva, la cinta, en tercera dimensión, es una experiencia cinematográfica inédita para el espectador.

“Cuarón es un verdadero visionario, convierte Gravedad en algo de trascendente belleza y terror. Es más que una película. Es una especie de milagro”, dijo Peter Travers, de Rolling Stone , como si la película le hubiera devuelto la fe en el cine .

Uno de los retos más grandes de Gravedad , fue alinear a los actores en el ambiente espacial en el que se encontraban, sin que pareciera un montaje más de los muchas veces visto en la pantalla grande.

“Cuando diseñábamos la coreografía del filme, nuestros cerebros pensaban desde el punto de vista de la gravedad, en términos de peso y de horizonte. Tuvimos que aprenderlo todo de nuevo”, dijo Cuarón.

El cineasta mexicano logró tales efectos, mezclando la acción real con efectos animados por computadora, en los que incluso los trajes espaciales fueron dibujados.

Incluso, para dar la sensación de que los actores se movían en un ambiente de cero gravedad, y no que colgaban de arneses, los productores diseñaron una plataforma desde donde expertos titiriteros hacían “flotar” a la actriz.

“Nos dimos cuenta de que no existía la tecnología para hacer la película y tuvimos que crear la propia. Lo realmente complicado fue conceptualizarlo, crearlo, programarlo, porque todo tenía que estar superprogramado, en sintonía, las luces, las cámaras”, dijo Cuarón.

El director de fotografía, Emmanuel Lubezki, creó además una “caja de luz”, cuyas paredes interiores fueron cubiertas de miles de luces LED, que simulaban estrellas.

Con estas y otras herramientas, Cuarón hizo girar el universo en torno a los actores, y con ellos al terror de quedar indefensos en el espacio. Toda esa sensación, cobijada magistralmente por la grandilocuencia visual del filme, maravilla y acerca al espectador a la ilusión de flotar junto a las estrellas.

“Lo nunca sentido. La cinta tiene mucho de milagro. De milagro técnico, de milagro emocional, de milagro cinematográfico”, opinó Javier Ocaña, del diario El País .