Ernesto Jara, codirector de ‘El codo del diablo’: “Verán cosas que no queremos recordar...”

Otra cara de la historia Ernesto Jara, codirector del documental El codo del diablo , advirtió que su obra revelerá una verdad silenciada con los años

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Para Ernesto y Antonio Jara llegó la hora de la verdad. Costa Rica conocerá, públicamente, lo que para ellos son pasajes de nuestra historia que han permanecido ocultos, silenciados y “que nadie quiere recordar”.

Los hermanos Jara son los directores de El codo del diablo , filme que disputa el premio al mejor documental tico en el Festival Paz con la Tierra y que se estrenará esta noche en la Sala Garbo (7 p. m.).

El largometraje, de 70 minutos de duración , ilustra las amargas consecuencias de la impunidad y lunares de la historia patria que reviven 66 años después.

En resumen, El codo del diablo describe el asesinato de seis prisioneros políticos en Limón , en 1948.

Antes de la esperada develación, Ernesto Jara amplió detalles de su reveladora obra.

¿Cómo se originó la idea de El codo del diablo ?

Mi hermano Antonio es historiador de la UCR y en un curso hizo una investigación sobre el crimen conocido como ‘El codo del diablo’. Yo, en ese tiempo, andaba haciendo una práctica de camarógrafo en España, y cuando regresé me contó la historia.

”A Antonio le pareció un elemento que revelaba mucho de ese momento puntual de nuestra historia. Entonces surgió la idea de un documental narrativo, en el que más que centrarnos en la parte jurídica o política, nos fuimos interesando en la parte humana”.

¿Cuál es el hilo conductor del filme? ¿Cómo lo cuentan?

A través de un niño de unos 12 años que tiene que viajar desde Limón a San José en busca de su padre desaparecido. Su familia es muy pobre, su mamá tiene problemas de visión y aún así se aventura a la capital.

”Durante ese viaje se va contando la historia matriz del crimen, hasta que el chico llega a San José y se da cuenta de la verdad”.

La película ya tuvo un preestreno privado pero ahora ya lo van a mostrar públicamente. ¿Qué expectativas tienen al respecto?

Que la gente sienta que es algo importante de conocer. Es un tema complejo de nuestra historia que costó mucho documentar.

”Esperamos que vean el esfuerzo de no hacer el típico documental histórico sino que buscamos una narrativa diferente para contar algo que nadie quiere recordar”. Usted dice que el filme muestra hechos que se han querido ocultar. Supongo que eso dificultó la recopilación de datos.

Retratar el pasado es difícil, porque te lo pueden contar pero uno tiene que imaginarlo para representarlo bien. En este caso costó más, porque la mayoría de familiares de las víctimas son pobres y casi no tenían fotografías.

”Entonces, para buscar material de archivo, el esfuerzo fue enorme. Al final logramos conseguir material valioso en el que, por ejemplo, se muestra un Limón vibrante, en un apogeo comercial que casi nunca se ha visto”.

También hay imágenes inéditas sobre la guerra civil del 48.

Sí, generalmente los ticos hemos visto imágenes del recordado Desfile de la Victoria, y otras clásicas, pero no imágenes sobre la violencia de la guerra. Eso es algo que se ha querido minimizar, dando una visión mucho más pacífica de ese momento. Fue una guerra corta, pero no tan leve ni tan pequeña como se piensa.

”Yo tengo grabado un discurso de Óscar Arias donde dice que en Costa Rica ninguna madre ha tenido que llorar por culpa de un soldado con botas. Eso no es cierto, sí hubo muchas madres que lloraron a sus hijos”.

Al preestreno del filme ustedes invitaron a familiares de las víctimas. ¿Cómo recibieron el documental?

Ese encuentro fue muy emotivo y siempre fue nuestra principal meta: mostrárselos. Para ellos, el filme es como una especie de reivindicación de ese olvido al que fueron marginados.

Personalmente, ¿a usted que tipo de sentimientos le suscitó?

Muchos. Mi madre perdió a su padre (Jorge Vargas Gené) en acontecimientos relacionados con la contrarevolución de 1955. Además yo, cuando terminé el documental, acababa de tener a mi primera hija y sentía mucho el testimonio de los hijos que perdieron a su padre, por los asesinatos que menciona el filme.