Roberto Guillén
Director de Studio Flex
Usted dice que tenemos el talento y los insumos, pero, entonces, ¿por qué Argentina hace una cinta de esta calidad y Costa Rica no?
Argentina y Brasil están saltando la barda; dejando de ser maquileros para ser países generadores de procesos intelectuales de animación a gran escala.
“Es algo que tenemos que analizar en Costa Rica, pues ya no basta con caminar, hay que correr en esto para no quedarnos atrasados”.
¿Qué hace la diferencia?
Desde hace una década, en Argentina, se han generado políticas gubernamentales que apoyan este tipo de proyectos. Al principio, eran apoyos para publicidad, pero luego mutaron en proyectos más ambiciosos apoyados por conglomerados de más de 40 estudios.
“Ya ellos han hecho otras películas, pero con Metegol ponen el primer ladrillo de un muro muy bien cimentado”.
¿El apoyo del que usted habla es básicamente económico?
De alguna forma sí, aunque, a nivel de Estado, pueden haber apoyos que, en primera instancia, simplemente faciliten procesos, donaciones; es un proyecto país.
“Otra deficiencia que tenemos acá es el apoyo privado, pues en el país las instancias bancarias, por un asunto de (falta de) confianza, se les dificulta bastante financiar proyectos de este tipo. También, cuesta mucho convencer socios locales, por lo cual por medio de Procomer hemos buscado alianzas y clientes en el extranjero”.
¿Qué pasó con el proyecto fílmico Sarah , que tenía planeado el Costa Rica Animation Holdings?
Aunque el proceso de la cinta estaba muy avanzado, lo metimos a la refrigeradora pues los estudios logramos establecer proyectos en el extranjero que requerían de una atención más inmediata.
¿Falta dinero para realizarlo?
Sí, un factor es la falta de financiamiento. Sin embargo, ya tenemos el apoyo de distribuidores mundiales, lo cual ya es un gran avance para el proyecto.
¿Pero el filme sigue en pie?
Claro, es un pendiente.