En ‘Jason Bourne’, Matt Damon corre por su vida... una vez más

La quinta entrega de la saga de The Bourne Identitiy se vale de la misma fórmula que popularizó al héroe de acción con amnesia.

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Para las armas letales, el descanso parece estar vetado.

Jason Bourne tendrá que aprender esto por las malas. Una década después de renunciar a la agencia Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, Bourne deberá regresar a la acción para batallar en contra de una red que utiliza el terror y la tecnología para mantener un poder inobjetable desde las sombras.

Esa es la premisa de Jason Bourne , la quinta entrega de la franquicia basada en un agente secreto que sufre de pérdida de memoria extrema, interpretado por Matt Damon. Han pasado 14 años desde que el mundo conociera por primera vez al personaje, que llegó a las salas del cine de todo el planeta con The Bourne Identity .

El principio de aquella saga era, cuando menos, intrigante. Un hombre aparecía flotando en las aguas del Mediterráneo, su espalda perforada por dos heridas de bala. Así comenzaba su búsqueda por una identidad, oscurecida por su amnesia y por la persecución que varios asesinos de la CIA emprenden en su contra. Pronto, Bourne comprende que él mismo fue diseñado para ser uno de esos asesinos y decide distanciarse por completo de la agencia.

Le siguieron, entonces, tres cintas –en una de ellas, Bourne ni siquiera es uno de los personajes– que mezclan la paranoia, la amnesia y las explosiones en torno a una trama plagada por las tretas criminales y las traiciones.

Viejo origen. Pensar que todo comenzó, hace un largo tiempo, gracias a un narco colombiano. A mediados de la década de los setenta, el autor estadounidense Robert Ludlum y su esposa decidieron escuchar un programa de radio.

No lo hicieron con mucho interés, sino más bien como un compromiso: el programa era conducido por el periodista Pierre Salinger, quien había escrito el prólogo de uno de los libros de Ludlum. Salinger aprovechó aquel programa para hablar sobre Carlos, el Chacal, un terrorista venezolano que se había convertido en uno de los criminales más buscados del planeta.

Tres días después, Ludlum recibió una llamada de su contador confirmando una cita con Ludlum ese día a las 11 de la mañana. El escritor dijo que nunca había concretado la cita; su contador insistió en que habían conversado el día previo. Un médico confirmó que Ludlum había sufrido un caso de amnesia y había olvidado 12 horas de su vida.

“¿Qué pasaría si un agente encubierto tras la pista del Chacal perdiera la memoria y olvidara quién es?”, se preguntó Ludlum.

Esa fue la génesis de Jason Bourne, un personaje que ha protagonizado una docena de novelas y una de las franquicias de acción más populares de los últimos diez años.

Mismo destino. “Lo recuerdo todo”, dice Jason Bourne en uno de los trailers de la nueva cinta. Sin embargo, una mejor memoria no implica una vida más sencilla. Bourne está de vuelta, más enojado que nunca antes.

O, tal vez, igual de enojado. La crítica ha sido más o menos benévola –en el sitio Rotten Tomatoes promedia un 56% basado en 99 reseñas–, pero insiste en que se punto más flojo es el que ha afectado la saga durante toda su existencia: parece estarse repitiendo a sí misma una y otra vez.

“Toda la película está llena de personajes que corren de un lado a otro en ambientes caóticos. Algunas veces corren hacia otros personajes, algunas veces huyen de otros, algunas veces se valen de vehículos para escapar o perseguir. Pero cada escena muestra los mismos ángulos caóticos, las mismas situaciones de vida o muerte”, escribió Tasha Robinson, de The Verge .

A. O. Scott, del New York Times , por su parte, agrega que “la emoción no se ha ido del todo. Solo está un poco más apagada. El señor Damon, por su parte, está más apagado que nunca. Jason Bourne es un personaje de acción pasivo, un hombre que corre como el resultado de su instinto por sobrevivir, y ya se le ha convertido en rutina”.